Capítulo 103.
Capítulo 103.
Dos días más tarde, lo teníamos todo preparado. Dejé a Hugo y a Elías con Erika y decidimos salir en busca de Alina.
El viaje fue silencioso. Calen y yo salimos antes del amanecer, sin decirle nada a nadie. Solo Alexander y Erika sabían exactamente a dónde íbamos. Necesitaba respuestas, y estas no iban a venir en mi busca.
Llegar al antiguo territorio de la manada Fulgor no tomó más que medio día. Era una zona abandonada, con casas destruidas, campos secos y huellas de guerra por todos lados. Apenas pusimos un pie allí, el aire me oprimió el pecho. Las imágenes llegaron solas. Yo, encadenada. Yo, arrastrada por el barro. Yo, llorando en un rincón mientras los soldados se reían...
—¿Estás bien? —preguntó Calen, tocándome la espalda con suavidad.
Asentí con la cabeza, aunque le estaba mintiendo. No estaba bien. No lo estaría nunca cuando se trataba de recordar. Pero me obligué a respirar. No era la misma chica débil de antes. Ya no.
—Estoy bien. Solo... que me siento