Capitulo 29.
Capitulo 29.
Me desperté temprano apenas si había logrado dormir en toda la noche por las malditas náuseas, no sé por qué las llaman náuseas matutinas cuando las tienes a todas horas.
Estaba sentada en la cama cuando ví cómo introducían un sobre blanco por debajo de la puerta. Me levanté de la cama extrañada, me agaché hasta el suelo y cogí el sobre.
Cuando lo abrí y leí su contenido no pude más que sonreír, se trataba de Derek, me estaba invitando a almorzar, quería compensarme por haberle curado.
Sin nada mejor que hacer decidí ducharme y arreglar un poco mi pelo, cuando estuve lista bajé hasta el jardín, no estaba segura de poder comer pero al menos pasaría un rato agradable, Derek siempre lograba hacerme reír con sus historias algunas parecían irreales y otras en cambio sacadas de una película pero aún así me divertía un montón en su compañía.
Cuando llegue hasta el viejo roble, Dereck había tendido una manta sobre la hierba y había preparado un picnic.
—Espero que te g