Capitulo 29. Me desperté temprano apenas si había logrado dormir en toda la noche por las malditas náuseas, no sé por qué las llaman náuseas matutinas cuando las tienes a todas horas. Estaba sentada en la cama cuando ví cómo introducían un sobre blanco por debajo de la puerta. Me levanté de la cama extrañada, me agaché hasta el suelo y cogí el sobre. Cuando lo abrí y leí su contenido no pude más que sonreír, se trataba de Derek, me estaba invitando a almorzar, quería compensarme por haberle curado. Sin nada mejor que hacer decidí ducharme y arreglar un poco mi pelo, cuando estuve lista bajé hasta el jardín, no estaba segura de poder comer pero al menos pasaría un rato agradable, Derek siempre lograba hacerme reír con sus historias algunas parecían irreales y otras en cambio sacadas de una película pero aún así me divertía un montón en su compañía. Cuando llegue hasta el viejo roble, Dereck había tendido una manta sobre la hierba y había preparado un picnic. —Espero que te g
Capítulo 30. Calen se separó por un momento de mí y me cogió entre sus brazos. Agaché la cabeza y cerré los ojos. No dije nada, ni siquiera me quejé cuando él me paseó por todo el castillo delante de todos y me llevó hasta su habitación. En el momento en que volví a tocar el suelo, me subí a la cama rápidamente y me acurruqué bajo las sábanas, haciendo de mi cuerpo una bolita. En ese justo instante, deseé con todas mis fuerzas poder desaparecer de este mundo. Ojalá pudiera esconderme de todos. De sus miradas, de sus pensamientos y hasta de mí misma. Mi vida acababa de cambiar, y no para mejor. A partir de ahora, nadie me vería igual. Ya no solo era “la amante del Rey”, ya no solo era “la Omega fácil”. Ahora también era la chica sucia, marcada y dañada. La que ni siquiera había sabido protegerse. La que ni siquiera había sido capaz de gritar o pedir ayuda. Escuchaba su voz a lo lejos, como si me hablara desde otra habitación. Me llamaba por mi nombre, me pedía que le mirara, que l
Capítulo 1. Caminaba por el pasillo cabizbaja en dirección al despacho de Calen. Las criadas murmuraban a mis espaldas, eso no era algo nuevo para mí, pero aún así me seguían doliendo aquellos comentarios. "¡Quién se cree que es! No es más que una descarada, una indecente, solo intenta seducir al Alfa..." Esos solo eran algunos de los comentarios que tenía la desgracia de escuchar todos los días. Unos segundos después me encontraba parada en la puerta del despacho de Calen, me acerqué hasta la puerta pero Alexander el Beta de Calen me detuvo. —Ahora no puede verte, Calen tiene una conversación importante y no puede recibirte en estos momentos—. Asentí comprendiendo la situación pero no pude evitar sentir un pequeño pinchazo en el corazón. Pensé en volver a mi dormitorio pero deseche esa idea de inmediato, todos los días a la misma hora debía presentarme aquí y por nada del mundo pretendía que él se enfadara conmigo. Así que me di la vuelta y tome asiento en una silla frente a
Capítulo 2.Después de una intensa sesión de sexo, Calen se levantó de la cama y yo no pude hacer otra cosa más que mirarlo. Era como si dejara de existir en cuanto conseguía lo que quería de mí. Ya no le importaba nada.Se estiró y se pasó una mano por el cabello alborotado mientras caminaba hacia el baño. Ni siquiera me miró. Yo seguía ahí, desnuda, con las sábanas aún enredadas entre las piernas, sintiendo cómo el silencio se volvía cada vez más incómodo.—¿Quién era esa mujer? —pregunté al fin. Lo había estado pensado desde el momento en que la vi salir del despacho con él, pero no me había atrevido a decirlo… hasta ahora, que lo acaba de soltar sin pensarlo.Me arrepentí en cuanto las palabras salieron de mi boca. Lo supe por la forma en que se giró a verme, con esa expresión helada que ya conocía demasiado bien. Me atravesó con la mirada y me habló con ese tono cortante que usaba cuando algo le molestaba, escupiendo cada palabra con rabia.—No olvides cuál es tu lugar, Every. So
Capítulo 3.Levante la cabeza por un momento de los libros y mire el reloj de la pared. No me había dado cuenta de que era tan tarde ya era pasada la madrugada y había estado toda la tarde y la mitad de la noche estudiando y revisando un montón de libros. Cerré los libros y encendí el ordenador, necesitaba enviar cuanto antes la receta herbolaria que acababa de desarrollar para un cliente. Como tenía el puesto más bajo en mi antigua manada, solo me quedaba estudiar las propiedades de las plantas y usarlas para preparar medicinas y ungüentos. Las heridas de los omegas sanan muy lentamente, y personas como nosotros jamás recibiríamos los medicamentos más efectivos.El cumpleaños de Calen apenas era en unos días y aunque él me había entregado una tarjeta bancaria sin límite, sentía que lo mejor era comprarle un regalo con mi propio dinero. Qué sentido tenía comprarle algo si él mismo lo pagaba. Cuando terminé me metí directamente a la cama, había sido un día agotador y necesitaba desc
Capítulo 4.No podía dejar de mirar el pequeño estuche que tenía entre las manos. Hacía tan solo un día que había recibido el pago final de la clienta.No podía estar más feliz, me alabó y sobre todo felicitó por la eficacia de la receta.Me había costado decirme pero al final lo había hecho. Era un regalo caro pero estaba segura de que le encantaría. Mi regalo sería la forma ideal de despedirnos y de desearle felicidad en su próximo matrimonio.Era un reloj de firma apenas si había unos cien en el mercado, estaba totalmente convencida de que se mostraría agradecido por mi gesto.Baje hasta el despacho de Calen y toque dos veces la puerta.—¿Qué quieres Every, no estoy para perder el tiempo, tengo mucho trabajo —dijo desde el interior del despacho.No voy a negar que me sorprendí, él podía notar mi aroma a distancia y yo aún no me acostumbraba.Él estaba en sentado frente a su escritorio revisando documentos. Cuando me vio entrar, levantó la mirada un segundo y volvió a sus papeles.—
Capítulo 5.—¡Me vas explicar que significa todo esto!——No se como ha podido pasar Calen, estás no son las pastillas alguien las ha debido cambiar, pero mi cuarto solo lo piso yo y la sirvienta que viene a limpiar. —suspire aterrada aquella mirada acusatoria me estaba matando.Calen salió un momento de mi dormitorio y reunió a todo el servicio de limpieza. Aquellas mujeres señalaron a un chica muy joven como la responsable de la limpieza de mi dormitorio.La reconocí de inmediato era Erika, ella llevaba solo unos meses en la casa y siempre se encargaba de la limpieza de mi cuarto.La porbre temblaba. No debía tener más de quince años. Sus labios se movían sin emitir ningún sonido, pero después de un rato rompió en llanto. Yo estaba sentada observando en silencio.—¿Qué has hecho con las pastillas? —preguntó Calen con la mirada incendiada por la rabia.—¡Yo no lo sabía! —sollozó ella, cubriéndose la cara—. Se me cayó el frasco limpiando… y no sabía cuáles eran cuáles… Las recogí todas
Capítulo 6.No pensé que de verdad fuera a hacerlo. No hasta que me vi parada frente al límite del territorio, con una mochila vieja colgada al hombro, las piernas temblando y el corazón palpitando con tanta fuerza parecía querer salir del cuerpo en cualquier momento. Ya quedaba poco tiempo para amanecer y debía darme prisa para abandonar los límites de la manada.Por un momento me pregunté si estaba haciendo lo correcto o por el contrario estaba cometiendo una estupidez.Entonces escuché una vocecita temblorosa detrás de mí:—¿A dónde vas?— dijo Erika, consiguiendo darme un susto de muerte.Me giré tan rápido que casi se me cae la mochila. Estaba claro que se trataba de Erika, la chica de la limpieza. Era ella. La sirvienta. La misma chica que había confundido mis pastillas por vitaminas. Tenía el uniforme arrugado, ojeras marcadas y las manos llenas de tierra. Seguro venía de la cocina o del jardín tras otra noche sin dormir. Me quedé paralizada, sin saber si correr o mentir.Inten