Guillermo y Monserrat no podían salir de su asombro al escuchar a la doctora darles una noticia completamente inesperada. La idea de tener dos bebés ya había sido sorprendente, pero tres era simplemente abrumador. Sin embargo, en el fondo, la sorpresa los llenó de una felicidad inmensa, especialmente a Guillermo, quien siempre había creído que no podría tener hijos. Ahora el destino de forma inesperada le estaba dando, de una sola vez, tres hermosas oportunidades para comenzar una nueva vida.
—Pero eso es imposible, doctora. Nunca el médico que vio a Monserrat nos dijo que eran tres criaturas —decía Guillermo, completamente incrédulo, mientras trataba de procesar la noticia.
La doctora, con una expresión seria y muy profesional, le respondió:
—Esta es una situación bastante seria, ya que es la primera vez que atiendo a su esposa y, en este momento, soy el médico de guardia. En casos como este, lo más recomendable es que el médico que ha estado llevando el tratamiento durante el emb