La tensión en la sala era insoportable, cuando Grecia y Luis Fernando, pensaban que habían visto todo, algo nuevo sucedía que superaba lo anterior. Pero lo que había dicho el Cuervo, había superado todas sus expectativas.
—¡Qué barbaridad estás diciendo! Eso que dices es imposible. Tú no puedes ser hermano de Villaseñor, ¡Eso es absurdo!—le dijo Luis Fernando, frunciendo el ceño mientras lo miraba de arriba abajo, completamente incrédulo. Le parecía imposible que un hombre de esa calaña tuviera un vínculo con alguien como había sido Villaseñor, un millonario elegante y muy poderoso. Realmente no era coherente.
—¿Y por qué no crees que soy hermano de Villaseñor? ¿Acaso es por cómo me veo? —respondió el Cuervo, con una actitud desafiante, acercándose un poco más a Luis Fernando. Esto puso en alerta a Grecia, que tomó del brazo a Luis Fernando, haciendo que este diera un paso hacia atrás para evitar una confrontación.
—No quise ofenderte, pero creo que las condiciones en las que vives