Mundo ficciónIniciar sesiónCapítulo 23
El aire frío y urgente de la respuesta de Daniel fue la única confirmación que necesité: 7:00 p.m. en la cafetería del Hotel Ritz. Discreción total. El escenario, como siempre, era un reflejo de su mundo: un lugar donde el dinero compraba el silencio y las emociones eran un riesgo a mitigar.
Volví a mi pequeña pieza para prepararme. Me vestí con el mismo traje sastre que había usado el día de la negociación de Moore, mi uniforme de combate. Era un conjunto de paño gris oscuro, austero, que proyectaba una fuerza inmutable y fría. Quería que me viera no como la ex-amante, ni como la madre soltera, sino como una ejecutiva de crisis. Cada costura era una armadura contra el miedo que se carcomía mi pecho.
El viaje en metro me recordó la dualidad brutal de mi vida. Abajo, el mundo real







