Marcos permaneció de pie mirando cómo su rival se alejaba de él, seguro de sí mismo y de Marta. Mientras, dentro, en la habitación, Laura le hacía una petición inesperada a Marta.
—¿Puedes quedarte estos últimos meses en casa? Faltan sólo semanas para que mi bebé nazca y no quiero que esté lejos de mí. —dijo en un tono suplicante.
Si bien Marta había considerado hacerlo, por lo menos un mes antes de dar a luz, ahora que Laura sabía toda la verdad, aunque por el momento no lo recordara, era un riesgo muy grande para ambas. No quería imaginarse que en cualquier instante, de forma inesperada recuperara la memoria y tuviera que enfrentarse a ella, no como amiga sino como mujer.
Sin embargo, la culpa que sentía por todo lo que su amiga estaba pasando la obligaba a aceptar aquella idea.
¿Pero… podría soportar estar allí esos tres meses, viendo a Marcos y sintiendo su rechazo?
Era evidente que él estaba dispuesto a recuperar su matrimonio a toda costa y lo entendía perfectamente, Laura