Capítulo 6
Jamás pensé que iba a doler verla caer. Estaba en una reunión con el consejo luego de los últimos cambios habidos desde que Sofía entró aquel día en mi empresa, cuando de la nada una asistente irrumpió en la sala. Tenía los ojos desorbitados, estaba temblando y se dirigió directamente hacia mí para hablarme.
— ¡Señor Navarro! Es su esposa… la señora Sofía se ha desmayado en el piso del ascensor y no podemos hacer que se despierte.
Al escuchar eso por un segundo, no reaccioné como debería. Mi cerebro se negó a procesarlo. Sofía... mi esposa.
La mujer que hasta hace unos días me gritó que yo no era más que un egoísta y aun así, mis piernas se movieron antes de que pudiera pensar una vez más.
Corrí y debo decir que nunca había corrido en mi propio edificio. Sin embargo, cuando llegué al pasillo y la vi en el suelo, rodeada por tres asistentes. Su piel estaba pálida, posiblemente translúcida y sus labios se veían resecos. Además, su respiración era débil y a simple vista se pod