Capítulo 8
El reloj marcaba las tres de la madrugada una vez más. Dormir era una tarea imposible, ya que mi mente era un campo de batalla ahora mismo. Además, una parte de mí rogaba por descanso… y la otra no paraba de lanzar preguntas al aire como cuchillas afiladas.
¿Y si me está mintiendo otra vez? ¿Y si Thiago realmente cambió? ¿Y si me estoy volviendo estúpidamente vulnerable otra vez? ¿Qué hago si mi corazón vuelve a ponerse estúpido? ¡No lo sé!
Abrazaba mis piernas como si estás fueran un escudo contra el mundo y estaba acurrucada en medio de la cama vacía sin saber si estaba congelada. Cada rincón de esta casa me parecía hostil, incluso el silencio me lastimaba. Nunca pensé que mi vida cambiaría tanto y que me haría falta la compañía de mis seres queridos. Así que decidí bajar solo por un vaso de agua, para respirar y aclarar mi miente.
Pisé con cuidado los escalones de la escalera para no hacer ruido, como si el ruido pudiera despertar a algún monstruo del pasado. La cocina