No sabía dónde meter la cabeza por la vergüenza que me ocasionó lo que me dijo, ¡Dios! fue tan bochornoso, no sé qué me daba más pena si la marca que me dejo Hugo, o haber pensado que las miradas de mi jefe tenían otra intención y no lo que en verdad eran.

—Tomaré en cuenta sus recomendaciones, con permiso —Dije eso y prácticamente salí corriendo, qué tonta ¿como pude decir eso?, ¡ay no!, debí decir que era una alergia o algo, con lo que dije le confirme sus sospechas, ¡ay no! ahora mi jefe sabe que anoche tuve una noche de placer con mi novio, qué pena.

Después de lo ocurrido, me fui a encerrar en mi oficina y no salí ni almorzar. ¡Qué pena que alguien más viera mi marca, esta me lo vas a pagar caro, Hugo!

Le comuniqué por llamada a Victoria, que requería de su presencia mañana temprano en la oficina del director y que llevara los informes de los otros candidatos que no fueron tomados en cuenta para el tratamiento, por supuesto que no le agrado y quiso poner mil pretextos para no ir,