Capítulo 54. Atentado
El día fue bastante tranquilo; dando las seis de la tarde, mi querido jefe ya estaba presionándome para salir; dijo que ya iba rumbo a su auto, que ahí me esperaba, pero que me diera prisa. Como toda una tonta enamorada, obedezco y apago todo para salir.
Al llegar al estacionamiento, miro a todas direcciones para ver si alguien me ve subir a su auto, pero cada quien va en lo suyo y me subo rápido. Él está revisando su celular, termina, voltea y me sonríe, intenta darme un beso, pero lo detengo porque hasta que los dos no seamos completamente libres, no me da confianza.
—No puedes estarme negando tus besos, tendremos que hablar seriamente ese tema. —Lo dice en tono serio, pero sé que está molestando.
—Ya lo hablamos, hasta que los dos no estemos completamente sin compromisos, prefiero evitar escenas en público, no quiero que se repita lo que pasó con Hugo, no está bien.
—Pero lo mío con Sandra, nadie lo sabe.
—Claro que sí, lo sabe el doctor Sergio, que, por si no lo recuerdas, es nues