Capítulo 47. Disfrutar el momento
Pasamos a casa de Hugo por mis cosas; en el camino logro convencerme de llevar para varios días; no sé cómo lo hace, pero siempre logra salirse con la suya; soy un títere en sus manos y eso me da miedo; él sabe que me tiene.
Por otro lado, no puedo dejar de pensar en Hugo y en lo que mi jefe me dijo; sé que esto que estoy haciendo no tiene nombre, que él no lo merece y que algún día lo pagaré.
Estando en el departamento, recojo lo más que puedo, porque definitivamente, me quede o no con mi jefe, es obvio que lo mío con Hugo ya no tiene futuro, no después de engañarlo y jugar de esta manera con él.
No puedo evitar que las lágrimas caigan por mis mejillas; en este lugar viví cosas tan lindas y soñé tanto. En un inicio me soñaba siendo la señora de esta casa y ahora, como una vil cobarde, vengo y me llevo mis cosas antes de enfrentarlo.
Salgo con una gran maleta; mi jefe corre a ayudarme, ya que es bastante pesada. Veo sorpresa en sus ojos, pero también alegría y esperanza; creo que él