Capítulo 41. Una oportunidad.
Me quedo un buen rato recostada, tratando de pensar y asimilar todo; mi vida está dando un cambio radical.
De la nada me salió un papá que, para colmo, es el dueño de la clínica donde trabajo; tengo un novio que me ama y fue a buscar un mejor futuro para que al regresar hagamos una vida juntos, me enredé con mi jefe, el cual me da a entender que no solo me quiere como una aventura.
—Deja de pensar tanto, te saldrá humo por la cabeza —dice al salir del baño; va solo con una toalla enredada en la cintura, su torso desnudo, cabello mojado y alborotado; yo me quedo totalmente embobada ante tal espectáculo.
—¿Te está gustando lo que ves? —Dice con su sonrisita sexy y bota la toalla, dejándome ahora sí escurriendo la baba, al admirar sus bien definidas piernas, su exquisito trasero y su monumental amigo; digo, lo había sentido, pero no había tenido la oportunidad de poder admirarlo así.
—Así estuvo mejor, creo que la toalla estaba de más. —Le contesto en el mismo tono, porque sé que lo que