Capítulo 40. Una noche juntos (parte dos)
En verdad fue sorprendente descubrir esa parte de él; baila muy bien y es tan sensual al hacerlo. Está siendo una velada muy divertida; yo siento que soy un palo, no me salen tan bien, termino botando mis tacones; me justifico diciendo que ellos son los causantes.
Él se burla de mis intentos de seguirle el ritmo; eso y las tres botellas de vino que ya llevamos hacen que esto sea un caos.
Comienza una melodía tranquila y eso hace que unamos más nuestros cuerpos; es innegable la atracción entre los dos.
Él comienza a besarme, me besa suave, lento; con sus manos va recorriendo mi cuerpo, pero sin dejar de seguir el ritmo de la música. Besa mi cuello y desata mi cabello, el cual esta vez llevo atado en una coleta alta.
Yo desabrocho su camisa, se la quito y la boto, acaricio su torso; me encanta su cuerpo, está tan bien definido que no puedo dejar de tocarlo. Él me sonríe por mi arrebato y hace lo mismo; se deshace de mi blusa y la bota, para después acariciar mis senos con descaro.
—Ter