A solo una semana de la que prometía ser la boda del año, mi mundo se tambaleó. Ricardo Guzmán, mi prometido, me soltó la bomba: antes de casarse conmigo, se casaría con Sofía Mendoza, su primer amor. ¿La razón? Cumplir la última voluntad de la madre recién fallecida de Sofía. —Su mamá siempre quiso que ella se casara con un buen tipo —dijo, como si nada—. Yo solo estoy cumpliendo el último deseo de la señora, no te hagas ideas raras. Pero nuestra boda era crucial: la empresa lanzaría su colección de joyas "Amor Eterno" ese mismo día, un proyecto millonario. Su respuesta me heló: —Son solo unos cientos de millones de dólares, ¿qué importan comparados con la piedad filial de Sofía? Si tantas ganas tienes de ganar ese dinero, pues búscate a otro para casarte, ¿no? Sus palabras crueles fueron la única verdad que necesitaba escuchar. En ese instante, todo encajó. Sin dudarlo, tomé el teléfono. —Hermano, necesito que me presentes a alguien más. Voy a necesitar un nuevo novio para la boda.
Leer másSe me escapó una risa amarga.—¿De verdad quieres cumplir tu promesa?Ricardo asintió con solemnidad.—Sí.—Da… quiero que me des una oportunidad. Aunque no te divorcies de Carlos, quiero estar contigo... para siempre.Jugueteé un poco con el candado entre mis dedos, mi sonrisa se hizo más profunda.—Entonces deberías buscar a Sofía… después de todo, el nombre grabado en el candado es el suyo.Ricardo se quedó pasmado; incrédulo, me arrebató el candado para verlo de cerca.«Quizá ni se acordaba de que no grabó mi nombre en aquel entonces».No le conté que el día que él y Sofía decidieron casarse, yo volví a recorrer todos los lugares por los que habíamos pasado juntos.Y fue así como descubrí ese candado.En ese momento, todo me pareció tan patético, ridículo, y eso reafirmó mi decisión de cambiar a quien sería mi futuro esposo, en el último momento.—Ricardo, creo que ni tú mismo sabes a quién quieres de verdad, ¿o sí? Justo cuando se suponía que nuestra relación estaba en su mejor mo
La gente alrededor comprendió de inmediato la situación; algunos incluso lo reconocieron como el tipo que había armado un escándalo en nuestra rueda de prensa tiempo atrás.—¡Ahí está el infeliz ese! ¡El que dejó plantada a la hija de los Quiroga por su exnovia! ¡Y hasta quería divorciarse para volver con ella!—¡Se debería ver en un espejo primero, a ver si se ubica!—¡Se quiere llevar todo el muy vividor!Los curiosos no esperaban un giro tan rápido y comprendieron que los habían utilizado.Maldiciendo por lo bajo, se dispersaron.Solté un suspiro de alivio y escondí la cara en el cuello de Carlos.—Ay, mi amor, menos mal que estabas aquí.Carlos me abrazó con fuerza. Soltó un gruñido, intentando sonar indiferente.—Me costó bastante que aceptaras ser mi esposa. Con tipos como ese rondando, claro que tengo que estar alerta.Suspiré, conmovida.—¿Qué más podría pedir una mujer con un esposo así?Al ver la escena, Ricardo sintió que le hervía la sangre y le dio un empujón brusco a Sofí
Me sujetó del brazo.—Daniela, tú sabes que te amo. Lo de Sofía y yo fue una tontería, si no fuera por su mamá, ¡jamás me habría casado con ella!Me solté de su agarre y lo miré sin decir palabra.Entre sollozos, me gritó:—¡Fue por ayudarla! ¡Por su mamá! ¿De verdad ibas a dejar que una pobre mujer muriera sin cumplir su última voluntad? ¡Ustedes los ricos son unos miserables insensibles! ¡No entienden nada de lo que sufrimos la gente como nosotros!Mientras gritaba como loco, una figura se abrió paso entre la gente y corrió hacia mí.Un destello metálico brilló y, al instante, Carlos me empujó con fuerza.—¡Pfft!—El cuchillo se hundió en la espalda de Carlos. La sangre comenzó a empapar su camisa.Grité con todas mis fuerzas:—¡Un doctor!La agresora ya había sido inmovilizada por los guardias de seguridad. Gritaba desesperada sin parar:—¡Devuélveme a mi hija! ¡Devuélveme a mi hija!La mujer resultó ser la madre de Sofía, la que supuestamente había muerto.Ricardo se quedó converti
Tres días después, la cena familiar para celebrar la boda coincidió con el aniversario de la Inmobiliaria Zafiro. Ambas familias decidieron celebrar los dos eventos al mismo tiempo.Pero nadie esperaba el escándalo que estaba por desatarse.Ricardo había invitado a la prensa a la recepción y ahora estaba acusando a Carlos de haberse metido en su relación para quedarse conmigo.De inmediato, los micrófonos se volvieron hacia Carlos y se armó un tumulto.Antes de que Carlos pudiera decir algo, me interpuse y encaré a los periodistas.—El matrimonio entre los Quiroga y los Sandoval es completamente legítimo. Fue decisión de ambos, tenemos los papeles en regla. ¿Por qué razón vienen a acusarlo?—Les sugiero que midan sus palabras, porque el equipo legal de Zafiro no se va a tentar el corazón.Los periodistas bajaron un poco el tono. Carlos me dedicó una mirada con una sonrisa que me pareció... ¿tierna? Lo miré de reojo, sintiendo cómo me ardían las orejas.Pero Ricardo tenía un as bajo la
Proyectaron la imagen de un celular a una pantalla gigante.En cuanto se desbloqueó, imágenes y palabras obscenas, que dolían de tan solo leerlas, asaltaron la vista de todos los presentes.La pantalla entera mostraba el historial de chats entre Ricardo y Sofía, acumulado durante el último año.Y para rematar, un video tan íntimo que hacía sonrojar a cualquiera y aceleraba el pulso.La cara de Ricardo perdió todo color al instante.«¿Cómo consiguió esto?»«¿Así que siempre lo supo?»Al ver la información del remitente, se quedó petrificado.¡¿Sofía?!Desde que Sofía regresó, hacía ya un año, no había dejado de enviarle capturas de pantalla a Daniela, insinuando en cada mensaje que debía hacerse a un lado.Con razón, desde hacía un año, Daniela ya no lo besaba y su actitud hacia él había cambiado por completo.Al final, al escuchar esos gemidos indecentes, Ricardo Guzmán se abalanzó sobre la pantalla gigante y la golpeó.—¡No miren eso! ¡Que nadie mire! ¡Es generado por inteligencia art
Al día siguiente, le mandé un mensaje a Ricardo Guzmán justo a la hora acordada para la boda:[¡Feliz boda!]Mientras tanto, en la boda, Ricardo Guzmán buscaba ansioso con la mirada hacia la entrada. Le preguntó a su secretario:—¿Por qué no ha llegado Daniela? Quedó de venir a disculparse hoy por lo que le hizo a la mamá de Sofía, delante de todos.El secretario revisaba las noticias en su celular, con el ceño fruncido.—No creo que venga. En este momento debe estar ocupada con su propia boda.Al oír eso, Ricardo se quedó paralizado en medio del salón.El lugar estaba decorado con las rosas color champán favoritas de Sofía Mendoza, que le daban al salón un aire mágico.Abajo, entre las mesas, los invitados charlaban animadamente, copa en mano.Todo parecía perfecto.Sin embargo, Ricardo apretaba el celular con fuerza, los ojos fijos en el titular: [La dueña de Inmobiliaria Zafiro contrae matrimonio y lanza su nueva línea ‘Amor Eterno’]. Las manos le sudaban. Marcó de inmediato el núme
Último capítulo