Alina
El viento sopla con una violencia sorda, levantando la tierra bajo nuestros pies. Adrian está a unos diez metros, su sonrisa cruel iluminada por la luz espectral del crepúsculo.
— Entonces, ¿realmente piensas enfrentarte a mí? —dice con voz burlona.
Siento el poder oscuro que emana de él. Su aura es glacial, una mezcla de oscuridad y pura malicia. Pero no tengo miedo. No esta vez.
Siento el calor del cuerpo de Damon justo detrás de mí. Coloca una mano firme en la parte baja de mi espalda, un contacto discreto pero suficiente para anclar mi mente en el presente.
— Quédate detrás de mí —susurro.
— Estás soñando —responde Damon, su voz grave vibrando en mi espalda.
Él se desliza a mi lado, su mirada dorada ardiendo con una ferocidad intensa. Está listo para luchar, para matar, para morir por mí. Y sin embargo, me niego a dejarlo sacrificarse.
— Es mi combate, Damon.
— Es nuestro combate —corrige, tomando mi mano.
Lo miro fijamente, mi respiración acelerándose ba