Damon
El viento sopla fuerte en el patio de la finca, levantando las hojas muertas y proyectando una bruma helada a nuestro alrededor. La luna, alta y llena, ilumina la noche con un resplandor pálido. El aire es denso, cargado de tensión. Una tormenta se aproxima lo siento en mis huesos, en el latido rápido de mi corazón.
Alina está sentada en los escalones de piedra frente al gran vestíbulo, con las rodillas recogidas contra ella. Su mirada está perdida en el vacío, fija en la bruma que danza sobre los árboles. Su largo cabello negro es agitado por el viento, y la palidez de su rostro me aprieta el pecho.
Me acerco a ella, el gravillo crujiente bajo mis botas.
— No deberías quedarte sola, murmuro.
Ella no responde, pero siento su respiración acelerarse a medida que me acerco. Me agacho a su lado, mis dedos rozando su muñeca. La marca oscura que serpentea a lo largo de su piel pulsa con una luz siniestra bajo el resplandor de la luna.
— Alina...
Ella cierra los ojos un instante, sus h