Alina
El dolor explota en mi cabeza cuando mi espalda choca violentamente contra la pared de piedra. El aire abandona mis pulmones en un gemido ahogado, y mis piernas flaquean bajo el impacto. Siento una mano invisible cerrarse alrededor de mi garganta, cortando mi aliento.
— ¡Alina!
La voz de Damon atraviesa la niebla en mi mente. Abro los ojos con dificultad y lo veo: está sobre Kieran, sus garras hundidas en su carne, pero Kieran no cede. Su sonrisa cruel se ensancha mientras levanta una mano cubierta de sangre hacia mí.
— Es inútil, Damon murmura . Ella es mía ahora.
Lucho contra la magia que me retiene, mi garganta arde bajo la presión invisible. Mis manos se crispan contra la fría piedra, y busco en lo más profundo de mí la fuerza para romper este agarre.
— ¡Suéltala! gruñe Damon.
Kieran ríe. ¿De verdad crees que puedes protegerla?
Damon ruge, sus músculos tensándose mientras inmoviliza a Kieran en el suelo, pero este desaparece en una voluta de sombra. Un segundo después, reapa