Finalmente, el día clave llegó: harían el acto de ir a una boda para hacer la venta de los vestidos, los zapatos, el bolso y todas las joyas excepto el collar de diamantes.
—Ya tengo todo listo —dijo Prissy no sin nerviosismo mientras se maquillaba con manos algo temblorosas, por lo que rápidamente cometió un error, suspiró y tuvo que quitarse el maquillaje y empezar de nuevo.
—Vamos, Prissy, todo estará bien, n-no estés nerviosa —dijo Ameline, intentando no mostrar su propio nerviosismo mientras se peinaba el cabello frente al espejo.
—Lo siento, realmente no estoy acostumbrada a hacer cosas a espaldas de mi familia. —Suspiró, tomando respiraciones profundas para calmarse.
“Lo sé… y por eso no puedo decirte mis verdaderas intenciones”, pensó con culpa, pero también decidida a seguir adelante con el plan.
No podía dar marcha atrás ahora, no lo haría, su prioridad era escapar.
Una vez terminaron de maquillarse y peinarse, Prissy la ayudó a colocarse el vestido, las joyas y los