Seth se despertó con el sol golpeándole la cara, el reloj marcando las 6:45 de la mañana, un horario más tardío de lo que acostumbraba despertar, pero aún así se sentía cansado.
Se levantó de la cama con ganas de irse a trabajar tranquilo en la automotriz, pero sabiendo que tenía mucho que hacer allí.
Salió de ducharse rascándose la nuca mientras decidía que hoy iba a poner las cosas en su lugar en más de un sentido.
Tenía que arreglar las cosas con Ameline, sí, pero antes de eso debía resolver cierto problema...
Lo de Mindy besándolo ayer todavía lo molestaba, y no iba a dejarlo pasar.
Se puso una camisa arrugada y unos pantalones oscuros, y salió de su alcoba con paso firme, directo hacia la habitación de Mindy. Golpeó la puerta con fuerza, esperando que abriera con esa sonrisa que tanto lo sacaba de quicio. Pero nada. Golpeó con más fuerza y aún nada.
¿Se estaba escondiendo la muy cobarde?
Un guardia que pasaba por ahí se acercó al verlo golpetear, rascándose la cabeza.
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