No lo provoques

Sorpresivamente, gracias a que Seth aparentemente no quería que Ameline lo odiara más lo que ya lo odiaba, ella ahora era libre de vagar por la mansión a sus anchas.

Sin embargo, por más que pudiera recorrerla, no podía salir, aún era prisionera.

Y quienes también seguían siendo prisioneros eran Nataniel y Kato, por lo que Ameline ese mismo día decidió buscar al Sr. Caleb y pedirle autorización para visitarlo, cosa que por suerte fue concedida.

—Muchas gracias por concederme más favores. —Asintió hacia el hombre mayor con agradecimiento.

—Oh, no me agradezcas, querida, cualquier cosa por mi futura nuera y mi nietecito.

Ameline lo miró muy seria.

Quería mantener su mentira de que el bebé no era hijo de Seth, incluso con Caleb, pero quizás este no era el mejor momento para repetírselo…

—Veo en tu cara que mueres por decirme que ese bebé no es mi nieto —murmuró el Sr. Caleb, riendo cuando ella se sobresaltó—. Pero también veo que es una mentira, querida… así que no te molestes repit
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