Emma prácticamente podía ver las tuercas girando en la mente simplona de Ameline, y ella analizó cada movimiento, sabiendo que un solo pasó en falso podría significar la ruina de su adorada ama Mindy.
“Si Ameline me engañó y sí quiere quedarse con el amo Seth para ella, soy una tonta al darle esta herramienta, pero algo me dice que en serio la tonta es ella, y que de verdad quiere desperdiciar la oportunidad de tener al soltero más codiciado del país”, pensó con una mirada fría y calculadora, pero disimulándolo con un rostro amistoso.
—Emma, yo… r-realmente no sé cómo funciona eso… ¿Cómo estás segura de que toca siempre el mismo doctor?
“Bien, está intentando planear sus pasos y asegurar su jugada, no es tan boba”, pensó, fingiendo una sonrisa amable y como si estuviera ajena a lo que pasaba allí.
—Bueno, el clan Rinaldi y el clan Lockhart son… como ya sabes, familias mafiosas. —Carraspeó—. No pueden contratar los servicios de cualquiera, son muy cuidadosos, generalmente siempre