Punto de vista de Rocío

Camino por el bosque, el aire está húmedo y frío, y el crujir de las hojas bajo mis pies se vuelve un eco sordo de la ansiedad que crece en mi pecho. De repente, unas manos me atrapan por detrás. Me tocan, me arrastran, me desnudan sin piedad. Un grito desolador, cargado de dolor, se escapa de mis labios. No puedo defenderme, solo soy una omega sin lobo, vulnerable, sola.

Las lágrimas recorren mis mejillas mientras grito, desesperada, suplicando ayuda que no llega. A lo lejos, escucho el llanto de otra chica, un eco de mi agonía. Trato de alcanzarla, pero estoy atrapada en esa oscuridad que parece cerrarse sobre mí como una trampa.

Justo cuando la luna ilumina tenuemente el bosque, una loba alfa aparece, lanzándose contra esos monstruos. Mi corazón se llena de una chispa de esperanza, pero me hieren de nuevo, y el terror me consume otra vez mientras ellos continúan tocándome, invadiendo mi cuerpo y mi alma.

—¡No! —grito con todas mis fuerzas, mi voz mezclándose