Punto de vista de Sofía
Con mi madre las cosas no han ido bien. Se enteró de que volví a salir con Jason y me gritó que lo único que me faltaba era ser la puta del pueblo. Que debía esperar a mi mate, que si acaso quería cargar con un “bulto indeseado” o permitir que todos se llenaran la boca hablando de mí.
—¿Eso siempre fui para ti? ¿Un bulto indeseado? —le grité, sin poder contener el temblor de mi voz.
Me respondió con una bofetada que me dejó la cara hinchada durante dos días.
Desde entonces, me he encerrado en mi dormitorio. No fui a clases de verano, no quiero ver a nadie. Cuando enciendo el celular, veo una notificación:
“Amiga, por favor discúlpame. Hablemos. Tengo tantas cosas que contarte, pero no estaba bien. Juntémonos y te cuento todo”, escribió Rocío.
¿También soy una molestia para ti?, pensé mientras las lágrimas me corrían por las mejillas. Pero no le respondí. No quiero dar explicaciones. Menos ahora, cuando no quiero cruzarme con Lucas… Él fue testigo de una de esas