Durante la cena, Peter jugaba con la comida metiendo los cubiertos una y otra vez en el plato y empujando el contenido fuera sobre la mesa. Damon le había llamado la atención un par de veces, pero el niño estaba con la cabeza en otra parte, muerto del aburrimiento.
— Peter, no juegues con tu comida — El padre lo regañó mirándolo con firmeza — ¿Qué te he dicho sobre los modales en la mesa?
— Que se debe tener educación, y que la comida es para comer, no para jugar…
— Termina tu cena, y sube a tu habitación, seguramente Serena se hará cargo de asearte antes de ir a la cama — Le dijo casi sin mirarlo, tenía la cabeza metida en sus compromisos sociales del fin de semana, de los que quería escapar, pero no podía.
Damon dejó escapar un suspiro y echó la cabeza hacia atrás maquinando en cómo iba a resolver cierto problemita de compañía para una gala benéfica a que, por obligación, debía asistir. Pero Peter estaba ahí para cortarle la inspiración.
— Papi, ¿Por qué nosotros siempre comemos aqu