Dominic
A veces Paula lo desconcertaba demasiado.
Y no por lo que decía, ya que le parecía una mujer muy decente con precisión e incluso cierta dulzura profesional, sino porque no podía leerla. Su primera impresión había sido formidable. Desde entonces todo en ella le parecía cuidadosamente equilibrado: su tono, gestos, silencios.
Luego del incidente con Keller, había llegado a una conclusión cómoda: Paula era inocente. Frágil, incluso. Se había fracturado el tobillo por culpa de una operación mal ejecutada y lo sentía como un peso personal. Por eso tal vez le dedicaba más atención ahora, por ese sentimiento de culpa.
Era competente, audaz. Cumplía con cada solicitud incluso antes de que él tuviese tiempo de detallarla. Y eso era… admirable. Pero también anómalo. Como si ella supiese absolutamente todo de él mejor que sí mismo.
Ahora sus padres querían conocerla. Gracias a su hermana y su pequeño sobrino bastante hablador, sus padres eran conocedores de la existencia de Paula