Eleanor no mostró inquietud alguna.
—Claro, Dominic. Ella es la chica perfecta para ti. Tal vez no hayan convivido tanto, pero se nota que se complementan mejor que nadie.
Sostuve la mirada sin bajar la guardia. Sabía que este tipo de temas eran bastante delicados, por lo que debía ser cuidadosa con las palabras si quería evitar algún contratiempo. Los ricos normalmente solo hablaban de matrimonio cuando sabían que podrían obtener algo de la otra persona, entonces ¿qué podía ofrecerles? Ya lo tenían todo, yo no hacía falta en sus vidas.
—Es amable de su parte, pero mi rol no va más allá de lo profesional —afirmé con la sonrisa más sincera posible.
El padre de Dominic asintió.
—Profesional, sí. Pero también emocional. Seamos honestos, Dominic nunca ha traído a otra mujer más que a ti.
El silencio se hizo más denso.
Dominic se acomodó en su lugar, cruzando sus dedos frente a él y tomando la típica postura dominante que usaba en las reuniones con nuevos colaboradores