LADY HADID
Nada más llegar al aeropuerto privado de País del Mar, donde partían y llegaban jets privados, Catriel desembarcó conmigo del helicóptero mientras el empleado subía mis pertenencias al avión.
- ¡Iré a tu coronación, pequeño monstruo! Pase lo que pase, estaré allí.
- Será la mejor parte de tener la corona en mi cabeza... Darte la bienvenida a Alpemburg.
Él sonrió, de manera triste:
- Me he estado devanando los sesos mientras trato de pensar en una alternativa para nosotros.
Suspiré:
- Cálmate, Cat. Primero necesito recibir la corona, sacar a Max de la cárcel... Y luego pensamos en nosotros. Ya queda poco para la boda...
- Tres meses... Tres largos meses.
- Quizás para entonces hayamos encontrado una solución a nuestros problemas.
- ¡Mi único problema es estar lejos de ti, Aimê!
- Te amo, Catriel. – Le acaricié el rostro, pasando mis dedos suavemente por cada parte de su rostro, con el fin de decorarlo de manera que al cerrar los ojos lo viera exactamente así: hermoso y perfe