Catriel tomó mis manos y me miró:
- Prometo que le diré a Olavo la verdad, Aimê. Sólo que hoy no… – se pasó los dedos por el cabello, aturdido – ¿Te das cuenta de lo difícil que han sido para mí estos últimos días?
Lucca me besó en la mejilla:
- ¡Me tengo que ir, cuñada! ¡Cuídate y nos vemos pronto!
- Prométeme que cuidarás de mi amigo Lucca.
- ¡Más que yo, Aimê! – sonrió – Amo a Odette.
Dicho esto miró a su hermano:
- Yo me ocuparé del delegado y de los policías. Creo que su próxima cita será la reunión de ostras.
- Sí... Estuvieron intentando programarlo durante mucho tiempo. Pero ya he estudiado un poco el tema. Simplemente no he encontrado una posible solución todavía. – suspiró Catriel.
- Lo encontrarás pronto... Lo sé. – Lucca parpadeó – Necesito ver si nuestra madre no hizo nada contra Odette y Siena. – bromeó.
Aunque era una broma de su parte, no confiaba al 100% en la cordura de la reina Nair. Y todavía sospechaba de su trastorno bipolar. Y pensé que mi familia era complicada