El corazón del guardaespaldas: 16. Me gusta todo de ti, chiquilla
Quitándose un par de mechones del rostro; sonrió. Hacía mucho no iba a la playa y ese era uno de sus lugares favoritos en la vida.
— Veo que aquí si te gusta — le dijo él, abriendo la puerta del copiloto para que pudiese bajar.
Aceptando delicadamente su mano, fue lo que hizo.
— Sí, sobre todo en esta temporada, no hay mucha gente — musitó, inhalando el aroma a sal marina.
— Me alegra, chiquilla — la tomó de la cintura y le robó un beso que a ella la puso a suspirar. De verdad que se sentía increíblemente feliz, podía notarlo — Ven, vamos, mi hermano nos está esperando.
— ¿Él ya sabía que veníamos? — quiso saber, dejándose guiar a través de un puente donde pasaba muy poca gente.
— En realidad, de él fue la idea de venir.
— ¿Por qué? — lo miró, intrigada.
El joven guardaespaldas se detuvo y la capturó de la barbilla para que lo mirase directo a los ojos.
— ¿Siempre preguntas todo, eh, rubia? — mordisqueó su labio de forma seductora y ella sonrió, tímida en su caparazón.
— Solo soy curi