62. ¿Tu... ex?
Esperó encontrarla dormida cuando regresó a la habitación, lo que no fue así, ella estaba más que despierta y se irguió tan pronto lo vio.
— ¿Por qué no duermes? — le preguntó con la toalla todavía enroscada a su cintura, un tanto serio.
— No puedo dormir sabiendo que estás así — musitó, observándolo con gesto afligido.
Emilio se terminó de colocar una camisa en frente de la cómoda y regresó a la cama con ella.
— Escúchame — tomó su mano y la besó — tú y yo estamos bien, como pareja, como futuros padres, pero… — hizo una pausa y negó con la cabeza, de verdad que se sentía superado con ese día.
— Pero… ¿qué? — insistió ella, tímida, acercándose más y descansando su cabeza contra su pecho, allí quería estar siempre, solo suplicaba porque él siguiera permitiéndoselo.
— Cuando se trata de ti, de nuestra hija, de su seguridad, me siento asustado, ¿lo entiendes? Me siento como si no las mereciera y en algún momento fuese a perderlas — aquella confesión terminó por quebrarlo, ella lo escuchó