13. Al carajo las consecuencias, iba a besarla
Los celos, las chispas y el cosquilleo… todo junto crispando en su interior.
La joven camarera sirvió dos suculentos platos de pasta y panecillos de ajo en frente de ellos, no solo colocando dos copas de agua con una sonrisita pegada a los labios, sino que sus grandes y operados pechos bailaban a escasos centímetros del rostro de Emilio.
Romperían su camisita de uniforme en cualquier momento y entonces se los ofrecería, Dios, estaba segura que sí, era mujer, inexperta, pero mujer al fin y al cabo y era capaz de notar las intenciones en cualquier otra, y las de ella… ¡eran bastante explicitas!
Emilio lo percibió todo, desde las mejillas sonrojadas de su compañera hasta los pechos inflados de la rubia camarera, a quien no prestó atención más de un segundo, pues todo de él estaba embelesado únicamente en las lagunas recelosas de la primera.
Sonrió, divertido.
— Si necesita algo más, hágamelo saber, por favor… le atenderé encantada — le dijo la rubia, consiguiente únicamente un asenti