Cuando Sofía regresa a la casa que compartirá con su mejor amiga, al entrar en su piso, se encontró a su amiga Vicky en el suelo, moribunda, esta le encarga, que vaya al gimnasio, al que ambas asisten y en la taquilla de Sofía, escondió una bolsa negra con unas instrucciones que ella debe seguir, ya que, la vida de muchas personas está en peligro. La vio morir entre sus brazos y promete vengarla, es así como sigue las instrucciones que ella le dejó. Se pone en contacto con la colega, a la que su amiga le daba lo que había descubierto. Aunque para hacerlo debe inyectarse primero, un microchip en el antebrazo. La colega a la que Sofía está buscando, no es otra que Samary Nikolaus que pide ayuda a su marido, el intimidante CEO Constantine Nikolaus. Tras analizar la información que ha obtenido su mujer, comprende que el único que les puede ayudar, es alguien que también está afectado Vermont Wilson, alias Cops, ya que la empresa que pretenden utilizar, los asesinos de Vicky, no es otra que la empresa de la familia de Vermont. Vermont Wilson, es sargento de la policía de Nueva York,, por eso rechazó seguir los pasos que su familia y ser el heredero de Wilson Weapons Technology Group. Ante este descubrimiento, sólo queda, volver a ser el heredero y proteger a la única mujer, que en su cuerpo, lleva lo único que puede detener a los terroristas. Aunque para ello, ambos deban hacerse pasar por recién casados, aunque para ello deban aprender soportarse, cada vez que están juntos saltan chipas, existe una atracción de opuesto, muy peligrosa. ¿Podrán llevar la misión en estas condiciones, o se matarán el uno al otro por el camino?.
Leer másSofía.
Sabía que tenía que haber regresado mucho antes, para poder así tomarme unos días antes de ponerme a trabajar, y comenzar mis clases del Master, eso me hubiera dado tiempo para aclimatarme.
Esto de llegar, y si haber pasado por casa, ya meterme, entre pecho y espalda, dos turnos completos en el restaurante, donde había conseguido trabajo como camarera, era un total castigo, En el coche como testigo de la locura que había hecho, estaban todas mis maletas que había traído de un viaje desde Hidalgo, hasta Cleveland, en mi viejo Toyota. Mas de 3000 kilómetros, que hice en tres días, y todo, porque a mi mamá le costaba mucho separarse de su hija.
No era la primera vez que vivía en los Estados Unidos. Había terminado aquí mi carrera de política internacional, pero cuando mi abuela enfermó gravemente, tuvimos que regresar a México para que mi madre la cuidara, y yo trabajara, mientras tanto, para mantenerlas. De esos hace ya dos años, así que cuando me surgió, gracias a mi amiga Vicky, este trabajo, y la beca para el Master en relaciones internacionales, con opción de un puesto de trabajo en las embajadas de Estados Unidos en otros países, ni me lo pensé.
En Cleveland ganaba mucho más que en Hidalgo, así podría ayudar mejor a mi madre y a mi abuela. Has mi ángel protector, la gran e inteligente ingeniera en la industria armamentística, Vicky Milton, me había dado opción a que viviéramos juntas.
Nos conocimos en la universidad, y en seguida congeniamos, yo era lo que a ella le faltaba, y, al contrario, mientras Vicky es tranquila, sosegada, y muy paciente, yo soy un ser intranquilo, incapaz de controlar lo que digo o pienso, siempre que no sea mi trabajo, soy muy impulsiva. La rubia científica, siempre me dice, que no entendía como era la perfecta relación públicas, que era políticamente correcta, y que sabía siete idiomas, en mi trabajo, pero en mi vida personal, era un completo desastre, un terremoto de grado siete, un ser pasional, divertido, y positivo, que siempre ve el lado bueno de las cosas. Siempre le contesto lo mismos, es mi sangre mexicana, al mal tiempo buena cara.
Mientras subía por la escalera de mi edificio, ya que, si puedo evitar los ascensores mejor, ya que padezco de Claustrofobia, miré mi reloj. Eran a la dos de la mañana, tuvieron que dejar todo preparado en el restaurante para que mañana, cuando llegara el otro turno, pudieran directamente trabajar. Había cogido lo necesario del coche, ya mañana subiría el resto. Iba pensando cómo iba a prepararme para las clases que me empezaban dentro de cuatro semanas, cuando al llegar la piso, vi como la puerta esta entreabierta, y me alarmé, eso no era normal, y menos a las dos de la mañana.
Entre de forma sigilosa, preparadme por si hacía falta usar mis dotes de autodefensa. Practico Kraus Magan desde hace ya siete años, era mi forma de bajar mi nivel de energía, no hay nada que un buen revolqué por el suelo, o te den una tunda o tú la des, para bajar tu nivel de energía y quedarte relajada.
Nada más entrar vi a mi alrededor todo revuelto, sillas por el suelo, varios papeles, muebles, y otros objetos volcados, los sillones rasgados, y muchos objetos rotos, faltaban varios electrodomésticos, como la televisión y el ordenador de mesa de Vicky.
Pero lo que verdaderamente me impactó fue encontrar a Vicky cerca de la cocina, en el suelo, jadeando, mientras todo a su alrededor estaba lleno de sangre.
” ¡Vicky!”- grité, y corrí a su lado.
Ella casi no enfocaba la mirada, y al oir mi voz, miro hacia donde le venía el sonido.
“¿Quién…?, yo…aguanta… yo voy …a llamar … a la ambulancia…”- mis manos me temblaban mientras intentaba sacar mi móvil de mi bolso, ni me daba cuenta de que estaba llorando.
“Ya … es tarde, y hay… poco tiempo, quiero … que hagas lo que… te pido, por favor es…escúchame… quiero, que …”- no la escuchaba, lo que estaba tratando era llamar a emergencias, pero no coordinaba los dedos.
“Sofía Martínez … esta es mi última … voluntad… debes cumplirla.”- que usara mi nombre completo fue lo que me detuvo y me hizo mirarla, aun llorando desconsolada. - “En el gimnasio … que asistíamos, esta … en tu taquilla … que te he pagado, … de forma discreta … hace un año, nadie sabe … que la tienes, dentro de… ella, hay una … bolsa negra con algunas instrucc… instrucciones. Síguelas, y aléjate de mí … como si nunca me hubieras, conocido… deja que otro encuentre mi cuerpo… no toques nada… y ni se te ocurra ir a mi…entierro, yo…”- un gemido de dolor la hizo callar.
“¡No pienso hacerlo!… yo… yo voy…a salvar…”- gemí enfadada mientras lloraba, pero ella me interrumpió.
“Yo soy lo de menos, … miles o millones de personas morirán… has lo que te digo, ya…”- la decisión que vi en la mirada de mi amiga me hizo darme cuenta de que quien la había matado, era alguien muy peligroso. - “Prométeme que cumplirás, mi voluntad, …prométemelo.”- me dijo exigente.
“Te lo prometo.”- no podía hacer otra cosa, se negaba a que la ayudara, y yo pensaba cumplir mi promesa.
“Bien buena chica… muy buena chica… te quiero amiga… te…”- esas fueron sus últimas palabras antes de morir en mis brazos, mientras yo lloraba a su lado, la dejé en el suelo.
Me quite la ropa llena de sangre y me cambié de ropa, la que había subido en mi bolsa, después limpie todo lo que había tocado, y recogí todo lo que me pertenecía, o me relacionara con mi gran amiga. Encontré su móvil escondido, en el hueco que usábamos para guardar el dinero, y las cosas de valor, era un hueco que había bajo una loza en el baño. Así que también me lo llevé justo a todo lo que había allí, incluido, mi carnet del gimnasio. Y salí de allí, mirándola por última vez, y secándome las lágrimas.
Dejé la puerta abierta para que fuera más fácil encontrarla, y desaparecí de la vida de mi amiga como si jamás hubiera existido. Tenía una promesa que cumplir, y lo haría así acabara con mi vida.
Otras de mis preciosas niñas acabadas, como siempre os agradezco que me seáis fiel y leáis mis novelas hasta el final, comprendo que esta novela es un poquito más larga que las otras, pero, por otro lado, tendréis más tiempo para disfrutarlas. Como siempre os tengo una sorpresa, mis dos próximas novelas se van a centrar, en la historia de los mellizos de mi novela prima: “La noche que te convertiste en la madre de mis hijos”, muchos de ustedes me habéis pedido, qué os cuente la historia de los hijos de esta pareja, así que he terminado cediendo. Así mismo, pretendo hacer novelas nuevas, con visiones diferentes, explorar cosas distintas, así que aquí tendremos unas novelas que se entremezclarán entre ellas contando la historia de los dos mellizos de Roy William Miller y de Ailan Caroline Miller, donde ambas explorarán más el amor físico, las diferencias y los malos entendidos, que centrándose más en hacer pareja que se compenetren desde el principio. Por eso aquí os dejo los títulos
Sofía. Han pasado dos semanas desde lo que pocas personas conocen, el posible atentado que hubiera acabado con muchas personas y buena parte de la humanidad. Todos los responsables fueron encarcelados en Guantánamo, ni quisiera saber qué es lo que están haciendo con ellos, no es falta de piedad, simplemente ellos tampoco pensaron en las personas a las que le iban a arrebatar su vida. Todas las personas que estábamos implicadas en todo esto, hemos continuado con nuestra vida. La gente García, ha vuelto a su puesto en Nueva York, y muy pronto la conoceré, por lo que sé, ha mantenido muy especial amistad con el agente de la CIA, que la acompañó en esta misión, aunque no sé qué de especial esa amistad, ya que, por primera vez, y sorprendentemente, palabras textuales de mi marido, “Esa descarada policía mantiene un total secretismo sobre su relación con su eventual compañero”. Las familias Nikolaus, y Martin, han vuelto al completo a sus respectivas residencias en Nueva York, pronto est
Vermont. Desde el inicio supe que Andrew Corneld iba en serio, ese hombre iba a matar o a morir, así que, si quería cumplir con lo que le había prometido a mi esposa, tenía que sobrevivir como fuera. Las estocadas surgían, unas tras otra, gracias a Dios yo era mucho más rápido que él, y más ágil, así que podía esquivarlo, en múltiples ocasiones fue fácil, pero él era mucho más diestro con esa arma que yo, con lo cual los mandobles, tenía que preverlos con tiempo, para poder esquivarlos, ambos sufrimos cortes de diferente gravedad, pero cuando ya conseguí, cansarlo, para mí fue rápido poderlo acorralarlo y desarmarlos de un solo golpe. Al mismo tiempo que yo, mantenía la espada cerca del cuello de Andrew para que se rindiera, mientras su espada yacía a metros de sus manos, tras haberlo desarmado. Mis amigos tuvieron que intervenir, golpeando a los padrinos, que había llevado Andrew, ya que lejos de sus acciones honorables, ese maldito estúpido había ordenado que en el caso de que y
Sofía (alias Isabel). Las lágrimas me caían en cascada por las mejillas cuando lo sentía alejarse de mí, entre lágrimas pude ver cómo desaparecía, por una de las puertas laterales del gran almacén, ese maldito hombre se había ido y me había dejado, con el corazón encogido, pobre de él que no cumpliera sus promesas, nunca se lo iba a perdonar. - “Recuérdalo bien, He-man me lo has prometido, no puedes romper esta promesa.”- Le dije en alto a la puerta que acababa de cerrarse, para llevarse tras él a mi único amor. Bajé las escaleras para reunirme con las chicas, y me sorprendí por verlas también arrasadas por las lágrimas. No hizo falta que preguntara qué había pasado, su cara es un fiel reflejo de la mía. Y como ellas, la angustia, el miedo, y el dolor por la posible pérdida, nos tenía paralizada. - “Tengo que cumplir una misión lo he prometido, debemos proseguir. Él va a cumplir su promesa y va a volver, yo debo cumplir la mía.”- dije en alto más para mí misma que para mis dos a
Vermont. - “No solo pone que en dos horas todo esto va a explotar, también ha mandado a localizarme para llevarme con él, podemos correr el riesgo, de que todo esto se descubre antes de tiempo, y decidan activarlo todo de golpe, sin darnos tiempo a nada.”- dijo Sofía, en cuanto lo vi supe lo que tenía que hacer. Respiré dos segundos para, aceptar lo inevitable, estaba claro que, si tenía que elegir entre mi vida y la de ella, siempre elegiría la de ella. - “Solo hay una forma, y es darle a Corneld lo que quiere.”-sentencié mirando a mis amigos para que comprendieran lo que quería decir, ellos simplemente asintieron, mientras a nuestro alrededor nuestras mujeres nos miraban esperando que explicara lo que acabas de decir. Pero sabían, que no podía revelar todo, ya que sí mi esposa sabía lo que iba a ocurrir, muy probablemente, no me dejaría ir. Es más, conociéndola, ella sería la que se ofrecería voluntaria por encima de todo. Cosa que no podía hacer debido a que ella era nuestra a
Narrador: - “Señor ya está todo listo, el almacenamiento de los misiles se ha realizado con éxito. A partir de la semana que viene comenzará el reparto hacia los diferentes hilos así que estamos a pocos días de conseguir nuestro objetivo, nuestra gran venganza se acerca.”- le dijo uno de sus colaboradores a Andrew Corneld. - “¿Se sabe algo de Macferson?”- preguntó de nuevo el CEO de Corneld. Hacía más de veinticuatro horas que no sabía nada de su asistente, y eso era algo más que preocupante, muchas cosas podían irse al traste, si lo que él suponía, se estuviera llevando a cabo. - “No, Sayyid , aún nada”- dijo agachado la cabeza el jefe de sus escoltas, y segunda mano derecha de Andrew. - “¿Se puede saber qué es lo que estáis pensando?, necesito que lo localicéis, pero ya, pagamos millonadas por tener informantes, ¿y nadie me puede decir nada?, asegúrate que encuentren a Macferson, y si no elimínalos a todos, no necesitamos a personas tan incapaces en la célula.”- sentenció Andre
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