—Elara, antes le mostré la mitad de esta fotografía que encontramos en la cueva. Como puede sentir, está rota justo por la mitad, a la altura del torso. No podemos ver el rostro de la persona que aparece en ella, lo cual nos dificulta mucho saber quién es Esperanza realmente.
—Sí, una herida en el tiempo, una imagen incompleta. A veces, lo que falta habla más fuerte que lo que se muestra. (Toca con suavidad los bordes rasgados de la fotografía)
Sí... esa era una imagen... significativa para alguien que conocí hace mucho tiempo. Alguien muy cercano a Esperanza. (Lentamente, asiente con la cabeza, una expresión pensativa surcando su rostro arrugado) La respuesta que buscan... está justo ahí, en ese pedazo de recuerdo.
Ante las palabras de Elara, una nueva oleada de determinación invadió a Valentina. Si la clave estaba en la fotografía, necesitaba examinarla con más detenimiento.
Rápidamente, Valentina buscó en su bolso hasta encontrar una pequeña lupa que siempre llevaba consigo. Con ma