Samantha
Me siento agotada, agobiada y estresada. Demasiadas emociones juntas desde que llegué al pueblo. Yo solo quería pasar unas buenas vacaciones junto a mis amigas. Pero no… mi idea de vacacionar en Hawái se arruinó. No debí aceptar la propuesta de esas dos; tenía que mantenerme firme en lo que yo quería, no hacerles caso a sus súplicas. Ese era el lugar donde debería haber pasado mis vacaciones.
Pero no… llegué aquí y pasé por emociones alegres, dolorosas… hasta me secuestraron. Eso ya fue demasiado. No, la próxima vez debo hacerle caso a mis decisiones. Y creo que ahora necesitaré otras vacaciones; solo espero que no sean tan traumáticas como estas.
Cuando salí de la habitación después de ver morir al miserable de Arturo, no dejé de llorar. Y no es que me doliera su muerte, al contrario… me siento aliviada y no puedo evitar sentirme feliz. El detalle es que él tuvo razón en parte de lo que dijo. No olvidaré lo que me hizo. Cada vez que miro mis muñecas o mis pies, veo las marc