Samantha
Estoy en la sala, sentada en el sofá, con las piernas abrazadas y la vista clavada en el suelo. Todo está a oscuras. El único sonido que se escucha es mi respiración entrecortada, mezclada con mis sollozos. Desde que las chicas se fueron, no me he movido de esta posición. Mientras tanto, Cristian permanece en su habitación, y yo no dejo de pensar en cómo todo se está yendo al carajo.
Yo no quería gritarle. No a él. Cristian no tiene la culpa de nada. Pero esta mierda me supera, me tiene mal, el miedo me come viva.
Las amenazas de Arturo me tienen al borde del colapso. No puedo pensar con claridad. Sé que tengo que contarle todo a Cristian, pero ¿cómo? ¿Cómo le explico que su padre es un maldito psicópata que me tiene aterrada, que no puedo dormir sin sentir su sombra sobre mí? No tengo fuerzas. Aun así, debo hablar con él. No quiero que esto termine mal. No él. No nosotros.
Me limpio la cara una vez más. Respiro hondo, me levanto y camino en silencio hasta su habitación. La p