Capítulo 5
A David se le nubló la vista. Cayó de rodillas al suelo.

Murmuraba sin cesar:

—No puede ser… no, no puede ser…

El celular se le resbaló de la mano, estrellándose contra el piso. La pantalla se rompió en mil líneas.

—¿David? ¿Qué pasó? ¡Levántate ya!

Mi madre intentó ayudarlo a ponerse de pie, pero él apenas pudo decirlo, como si cada palabra le arrancara el alma:

—La policía... llamaron... dijeron que Evina está muerta.

Ella explotó. Lo empujó con fuerza, gritándole como una fiera herida:

—¡¿Qué estupideces estás diciendo?! ¡¿Cómo va a estar muerta Evina?!

—Evina… murió.

— …

Mi familia, al borde del colapso, subió al coche sin pensarlo. A toda velocidad, se lanzaron rumbo a la comisaría.

En el camino, todos repetían una y otra vez, como rezando:

—Tiene que ser un error... por favor, que sea un error...

Bajo la sábana blanca, asomaba una mecha de cabello dorado.

Las manos de David temblaban. Los ojos, inyectados en sangre. Con torpeza, levantó la tela.

Mi cuerpo, putrefacto, deshecho.Lo
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP