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El despertar de la bella durmiente  Capítulo 4.

El despertar de la bella durmiente 

Capítulo 4.

Limbo

Otro día más ha comenzado o terminado, ya no puedo llevar la cuenta de ellos, pues no sé si es de día o de noche, salvo por las veces que los oigo conversar de mí en las noticias , pero eso ya ha bajado en intensidad, lo que me dice que ya ha pasado tiempo de mi secuestro y puede ser que hayan perdido las esperanzas.

Aunque, el día de hoy había algo extraño en el ambiente, en la conversación de esos dos, algo que definiría mi destino en este encierro interno.

-Ya está todo listo- escucho la voz de esa mujer que le ha pedido de todas las formas posibles que me libere de este encierro, su voz es débil como si estuviera suplicando por algo y conteniendo su dolor, pero la bestia no hace nada más que reír después de haber abusado de mi cuerpo como lo ha hecho cada día desde que me tiene secuestrada.

-Eso es maravilloso, ya tu pago está en tu cuenta, desde hoy te libero de tu contrato.

-Pero...y -su voz está aún más quebrada que otras veces, pero vuelve a callar.

¿Tanto miedo le tiene?

-Pero ¿qué? ¿Pensaste que te llevaría conmigo a vivir una vida de ensueño? ¿Qué viviríamos en una casita feliz tu y yo?-hay un silencio incómodo entre esos dos y escucho nuevamente sollozos de ella-. Eres tan patéticamente predecible, ¡Tú nunca has entendido tu lugar! Eres mi empleada, la que limpia mis desastres, jamás has sido nada más que eso para mí. Ahora, lárgate antes que me arrepienta y no solo acabe contigo, sino con eso que proteges más que tu propia vida.

-Ariel, no lo hagas, aún estas a tiempo de dejarla ir y puedes irte sin que nadie se entere de todo lo que has hecho.

-No te estoy pidiendo permiso, ¡Ella es mía! Grábatelo bien en esa estúpida cabeza.

-Ariel, ella no va a despertar, déjala morir en paz, que su familia la recupere, como a las otras.

-¡Ya cállate!- escucho cosas caer y vidrios quebrarse, la bestia está molesta y se está desquitando con todo lo que tiene a su alcance.

-¿Seguro que estás dispuesto a hacerlo? Después de mañana no habrá vuelta atrás.

-No sigas, ya te lo dije. 

Escucho los pasos rápidos de ella saliendo del lugar y luego silencio.

El aliento caliente de la bestia se cierne sobre mí, huele a mentol y canela. Besa mis mejillas una a la vez y se acomoda a mi lado.

-Pronto nos iremos a California, el lugar te encantará, la casa queda frente a la playa y el sol entra por el gran ventanal que está en tu nueva habitación, seremos tan felices en nuestro nidito de amor, así que despierta mi muñeca, sería mejor disfrutar de tu cuerpo viendo esos hermosos ojos grises que me calientan.

Su lengua pasa por mi cara hasta mi mentón y aprovecha de dejar besos húmedos bajando a mi cuello. Luego escucho el golpeteo en la puerta y alguien que lo llama, se levanta molesto y sale de mi cárcel.

Al rato vuelve y creo que con los ánimos renovados, pues de la nada lo siento sobre mí besándome y apoderándose de mi cuerpo como si fuera una muñeca de trapo.

"Detente, por favor" 

Es mi pensamiento el que habla, pues mi voz no sale, la molestia del tubo braquial me quema, tanto como su miembro dentro de mí, mi cuerpo reacciona al dolor de su incesante penetración, pero él no cesa. No le importa.

-Oh, sí cariño, sigues tan apretada como la primera vez que te poseí, mi padre estaría tan orgulloso de mí, pero ya no puede vernos y sabes ¿Por qué? Porque él te dejó ir y me dejó solo- susurra en mi oído-. Eres tan receptiva, amor. Me encantas.

Termina después de unas embestidas más y sale de mi cuerpo como si nada.

Siento asco, dolor y mucho miedo, la bestia vuelve y comienza a limpiar mi cuerpo, escucho sus risitas y se vanagloria por cada moretón y mordida que me ha dejado, me habla como si yo le estuviera respondiendo y luego se vuelve a acostar junto a mí.

-Sueña conmigo, mi dulce muñeca. Te amo.

"Por favor que alguien me ayude"...

-Esto está de lujo- dice la chica que se ha parado a mi lado frente al gran salón de la escuela-Hola, soy Cat.

-Ho... hola, soy Daria, mucho gusto.

-Sean bienvenidos a su primer año en la escuela se medicina, esto no será igual que en la escuela, ahora deberán demostrar su valía y del porqué los aceptamos en nuestra institución - reza el que debe ser el decano, mientras nosotros escuchamos atentamente.

Luego nos dirigimos a nuestra primera clase y es el mismo señor que nos dio la bienvenida.

-No teman, es un dulcito- nos dice una chica que se ha sentado tras nosotros-. A propósito, soy Jenny y tengo que hacer el ramo nuevamente.

-Hola, Jenny. Mi nombre es Daria y ella es Cat.

-¡Silencio, señoritas! En mi clase se debe respetar, aprenda de una vez, señorita Suton y no distraiga a los nuevos alumnos.

-Sí, señor...

Despierto de mi limbo interno al escuchar mucho ruido y pasos a mi alrededor, algo no está bien y estoy segura que nada bueno se acerca.

-¡Trátenla con cuidado!- es lo que dice, no sé cuánto tiempo he pasado desde que salió, creo que me volví a dormir, escucho más pasos y murmullos, pero son lejanos, luego mi cuerpo es sacudido y siento que vuelo por los aires y soy puesta en algo frío, muy frío. Mis latidos se aceleran y escucho el pitido de una máquina muy cerca de mí.

-¡Cuidado! Está inestable, colócale un miligramo de Quetiapina y dos de Lorazepan, eso la calmará.

Nuevamente es ella, la que me mantiene viva en esta cárcel quien habla, mis latidos bajan y vuelvo a caer en ese limbo en el que estoy cada vez que me duermo y donde vuelvo a ser feliz.

Estoy en mi casa con mi familia, por fin salieron los resultados y he sido admitida en la carrera de medicina de la universidad de Oxford.

-Felicidades, hermanita. Ahora estaremos más cerca. Te prometo que te dejaré mis apuntes de primer año.

-Estoy tan feliz por ambas, van a ser las mejores doctoras del mundo.

-Gracias, a ambos por creer en mí...

Despierto por los movimientos que hay a mi alrededor y vuelvo a escuchar a la bestia.

-Malditas turbulencias, las detesto.

-Señor, estamos a diez minutos de aterrizar, por favor colóquese su cinturón y acomode su asiento.

Esa voz es nueva, no la había escuchado...

-Ella ¿Cómo está? ¿Alguna novedad?- pregunta.

-Nada fuera de lo común para su estado, su esposa sigue estable y ha aguantado bien el viaje.

-Maravilloso.

¿Esposa? ¿De qué habla? 

Pero lo que acaba de decir me pone más nerviosa ¡Mierda! Cuanto estaba empezando a odiar esa palabra, todo para él era maravilloso, mientras tanto para mí era un verdadero suplicio del que no podía escapar.

Nuevamente movimientos bruscos y agudizo mis sentidos, los pasos de la bestia se acercan a mí y todo mi ser se tensa.

-¿La ambulancia está lista? 

-Todo listo, como usted lo ha pedido, señor Cisco.

Siento como mi cuerpo es movido en lo que debe ser una camilla, el aire caliente y lo que me imagino es el sol me dan de lleno en mi piel, 

-Mi adorada muñeca, bienvenida a California.

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