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El despertar de la bella durmiente  Capítulo 3

El despertar de la bella durmiente 

Capítulo 3

Una muñeca menos defectuosa.

-El coma es un estado de disminución de la lucidez mental más grave, del cual una persona no se puede despertar, así como así, Ariel. Si sigue así puede ser que el coma sea prolongado y en ese caso se denomina estado vegetativo. Podría ser algo irreversible si no la trato en el hospital- le recita la doctora, de forma profesional, que revisa a la chica después de que él la llamara de urgencia porque no ha despertado desde su "maravillosa" sesión de sexo.

-Pero va a despertar ¿no?-la pregunta es más que una aseveración, él necesita que ella despierte, ella es su muñeca y la necesita viva para sus planes. Nunca pensó que se le iría de las manos, o bueno, tal vez sí, pero si tenía el mismo ADN de su muñeca perfecta ¿cómo era posible que fuera igual de defectuosa que las otras? Algo estaba mal y no precisamente él, eso era imposible. Divagaba en su mente enferma.

-Ariel, no lo sé, su cerebro no recibió la suficiente oxigenación por varios minutos y su cuerpo no resistió lo que le estabas haciendo, ni siquiera sé por qué sigue viva. Déjame llevarla a mi hospital, por favor.

-¡NO!- respondió autoritario, a él nadie le ordenaba nada y menos ella.

-Pues aquí no es mucho lo que pueda hacer, Ariel.

-¡Mierda! - el hombre se mece los cabellos y se pasea de un lugar a otro, su jueguito había vuelto a fallar y la chica en su cama no había despertado-, pero ésta es mejor que las otras, por lo menos no se murió y eso la hace más valiosa de lo que pensaba, así que haz todo lo que sea posible por mantenerla, ella no es una muñeca tan defectuosa como las otras.

-Ariel, por favor, no sigas con esto. Sería mejor que la dejáramos en el hospital y tú desaparecer, ya hay rumores en Scotland Yard que tienen pistas del asesino en serie y lo más probable es que se estén refiriendo a ti.

-Te pago lo suficiente para que cubras todas mis huellas y ahora te estoy ordenando que hagas todo por mantenerla viva, ella es mi boleto a la felicidad y ni tú ni nadie va a cambiar eso.

-Ariel...

-Ariel, nada. Ya sabes, si a ella le pasa algo tú serás la siguiente ¿te quedó claro?

-Sí, Ariel- a la doctora no le queda de otra, para ella no es solo su vida o la de la chica la que está en juego-. Necesitaré algunos insumos y debo buscar a una enfermera que me apoye, pues no puedo dejar botado el hospital ni a mis alumnos. Ordenaré todo y haré que vengan pronto a instalar todo.

-Más te vale- el tipo le lanza la tarjeta de crédito para volver a ver a su presa, pero hay algo que le molesta y vuelve a mirar a la doctora y esa duda que se cierne en su cabeza, no lo deja pensar, no aguanta y le pregunta- ¿Ella? ¿Cómo está?

-Trabajando, se le ve bien, es la mejor de los que llegó, será una buena doctora-la bestia sonríe feliz, ella estaba logrando ser lo que se había propuesto y pronto, muy pronto la tendría para él-. A propósito, esta chica sí que se le parece, hasta podría jurar que es su gemela.

-Será porque es como ella, algo así como su clon- le responde la bestia en tono burlón, mientras la doctora sigue tratando de estabilizar a la muchacha. Ella lo mira asustada, sabe cómo es la bestia que tiene frente a sí, él ha sido su amor desde si juventud, por eso le ayuda sin mediar siquiera una duda, pero para él no es más que su instrumento para deshacerse de sus muñecas defectuosas.

-E... Ella... Ariel ¿Dime quién es ella?

-Nunca te ha importado y tampoco debe hacerlo ahora, confórmate que me quedaré con ella así que has tu trabajo.

La bestia sale de la habitación, dejándola con esa duda razonable.

-¿Será que es su hermana? No, no puede ser, él no pudo haberlo hecho.

+++

Tres días después...

-Nos encontramos a las afueras de los dormitorios del campus de medicina, en las afueras de Oxford, desde donde hoy se ha informado de una nueva desaparición-recita la periodista, frente al campus universitario, a lo lejos se ve un grupo de personas, entre ellas Savannah Lewis-. En exclusiva, hablaremos con la hermana de la víctima de secuestro.

La bestia, se acomoda frente a la pantalla para verla a ella, su rostro se ve demacrado, con unas enormes ojeras y signos de haber llorado, era como si no hubiera dormido en años, como si su cuerpo fuera un estropajo.

-Mira, muñeca, nuestra Vannah se ve deliciosamente hermosa- le dice a la chica que no ha tenido ninguna mejoría desde aquél incidente.

-Si alguien la ha visto, por favor que se comunique con Scotland Yard, es de suma importancia tener cualquier pista para encontrar a mi hermana, ella se llama Daria Lewis, tiene veintidós años, es rubia de ojos grises, metro sesenta. Se le vio salir del campus vestida con una chaqueta negra y falda roja.

Por favor, si me estás escuchando, devuélveme a mi hermana, ¡maldito desgraciado!

-Ya escucharon, a la doctora Lewis, pero repetimos, la víctima es la señorita Daria Lewis, tiene veintidós años, es rubia de ojos grises, metro sesenta. Se le vio salir del campus vestida con una chaqueta negra y falda roja en su bicicleta.

Esperamos que quién la tenga secuestrada nos escuche y tenga compasión de esta familia y la devuelva sana y salva.

-Eres un desgraciado, ¿Cómo pudiste secuestrar a su hermana?- le grita, entrando en la habitación, la doctora -. Era por eso el mayor parecido a diferencia de las otras chicas. Dios santo, Ariel. La chica es su hermana.

-¿Y qué con que sea su hermana? Ella dejó de serlo para pertenecerme hace tres días, así que bájame el tonito y de una vez por todas, ¡Despiértala!

La chica, en su estado de inconciencia escuchaba absolutamente todo, es como si hubiera estado en una habitación de cristal, dónde todo a su alrededor fueran voces.

-Vannah, está bien y me está buscando. Dios, permite que me puedan encontrar...

Una semana después y la bestia se paseaba furioso, por la habitación, a penas y había podido salir de su escondite, las noticias habían mostrado un perfil del secuestrador y asesino, aunque no había un retrato hablado aún, pero varias cámaras del campus lo habían detectado, era solo cuestión de tiempo.

-Necesitamos salir de aquí.

-¿La dejarás en el hospital? Será lo mejor, Ariel.

-No, adapta el avión de la empresa, nos vamos a Estados Unidos.

-No, no, no, por favor no me lleves, hazle caso a la doctora - la chica suplica, aunque no puede ser escuchada y los pasos de la bestia se acercan a ella.

-Mi adorada muñeca hermosa, seremos tan felices en California, ya lo verás y cuando despiertes ella estará con nosotros.

Un beso se posó en la frente de la muchacha y el asco pudo más, su cuerpo reaccionó y sin siquiera pensarlo le vomitó en todo el rostro.

-¡Déjala en paz, Ariel! 

-¡Ella reaccionó!

-Es un acto reflejo, mírala ella sigue en la misma condición.

-¡Sal de aquí!

-Ariel...- la doctora trata de hablarle en tono suplicante, pero la bestia no la escucha.

-¡Sal! ¡Obedece y haz lo que te pedí!

La doctora, sale con la cabeza gacha, es más el temor que las ganas de salvar una vida. Cierra la puerta y escucha a la bestia reír.

-Creo que podré jugar contigo, mi dulce muñeca. No eres tan defectuosa como me lo imaginaba.

Y nuevamente, esa bestia uso y abusó de ese cuerpo inherte a su antojo, no le importó nada, ella era de su propiedad porque él lo había dicho y no habría nada en el mundo que lo hiciera cambiar de parecer.

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