El despertar de la bella durmiente
Capitulo 18
Buscando respuestas.
Tratando de reprimir el doloroso recuerdo que me ha provocado las palabras de mi padre, respiro hondo y tomo la mano que me estaba presionando el hombro y ni cuenta me había dado.
-No creas que te haré caso, yo no soy tu mercancía, padre. Y si tienes una deuda con este hombre, pues ve otra forma de pagarle, que yo me largo de aquí.
-Ni siquiera intentes levantarte, muchacho - me dice el tal Simond y veo como todos tienen en sus caras la palabra miedo.
-Mire señor Simond, ni este hombre que se hace llamar mi padre ha podido conmigo, menos lo hará un desconocido como usted- lanzo la servilleta y muevo la silla para levantarme y mi madre niega con su cara suplicante.
-¿Ni siquiera por los millones que invertí en ti cuando el viejo de tu abuelo no quiso salvarte?-me dice en un tono socarrón que me provoca risa. Una tan dolorosa como recordar que mi abuelo, el hombre que se suponía más me amaba, no quiso hacer nada po