Capítulo 43. Refrigerador
El aroma del café recién hecho penetró sus fosas nasales mientras el gusto dulce del caramelo de los pancakes era como una fiesta para sus papilas gustativas dentro de su boca. Sasha suspiró y con sumo placer llevó otro bocado a su boca, cerró los ojos y se relamió. Quizá había sido un poco dura con Steven, pensó, mientras escuchaba los sonidos de la TV que provenían de la sala donde su pequeña Natasha estaba viendo una película de Marvel, la última que había salido de hecho. Poco después de sentarse y probar ella esos deliciosos pancakes, la niña había bajado y le había solicitado permiso para ver la televisión. Y la realidad era que no estaba enojada con ella, aunque era consciente de que Nat se sentía como pisando cáscaras de huevo a su alrededor. Así que se levantó, la abrazó, le dió un beso en la coronilla y le dijo que sí podía. Pero antes, le murmuró, quería hablar de algo más con ella. Entonces le preguntó exactamente qué era lo que habían hablado con Steven y su niña le contó