Lula se despertó lentamente, su cuerpo adolorido pero cálido entre los brazos de Brad. Lo observó por un momento, maravillada por su belleza. "Ele é tão atraente (es tan atractivo)," pensó en portugués, sus ojos recorriendo su rostro sereno y su mandíbula fuerte. El cabello de Brad estaba desordenado, un mechón cayendo sobre su frente, y su respiración profunda y constante le daba una paz inusitada. Después de unos minutos de contemplación silenciosa, Lula decidió levantarse. Deslizó cuidadosamente su cuerpo fuera del abrazo de Brad, tratando de no despertarlo. Sentía cada músculo y articulación doloridos, especialmente la entrepierna, una prueba de la intensa noche de pasión que habían compartido. Sonrió al recordar los que habían vivido, pero sentía que necesitaba higieniezarse. Así que se levantó de la cama y recogió sus cosas esparcidas por la habitación. Con sus pocas prendas en la mano, se dirigió al baño principal. La casa de Brad era impresionante, elegante y moderna, con deta