10. PRESENTACIÓN
Kayla sintió una mezcla de miedo y rabia. El maldito infeliz que le había pagado para someterla sexualmente tenía el descaro de aparecerse allí, enojado. Lo miró con la barbilla en alto, consciente, al parecer, de su creciente furia. La observó con su enojado rostro arqueando su ceja interrogante.
—Yo creo que vendré luego. Somos demasiados, con permiso —dijo la médica y abandonó el lugar, pasando por al lado del millonario al que había reconocido de inmediato. No sabía qué pasaba allí, pero no quería problemas.
Niko entró con paso firme a la habitación.
La mujer lo miró con curiosidad, mas no con miedo.
—Hola, señor, creo que no lo conozco —dijo con extrañeza.
Él sonrió un poco, a pesar de las circunstancias.
—Creo que no hemos tenido oportunidad, no... Soy el nuevo mmm empleador de tu hija —dijo y se acercó un poco con una sonrisa tranquilizadora—. Me han contado que tiene un problema de salud —comentó, como al pasar, cuando en realidad Kayla le había contado bastante mientras le su