Capítulo Treinta tres.
Elena Voncelli.
Y unas ansias de enfrentarlos se me atora en el corazón, es una manera de hacerle un favor a mi padre.
Estaría a la mano, debo ser agradecida por los buenos años en que me enseñó en que la vida todo se la juega, y que si no conoces el truco, crea uno para ganar.
Y lo haré.
Me creé un perfil muy distinto, me veo muy diferente, pero me agrada lo que miro en el espejo, dejaré a más de un hombre con el corazón revolcado.
Sonreí.
Es el objetivo de lo que sucederá ésta noche.
Lo planifiqué todo, llamé a los mejores amigos de mi padre, aperturé de nuevo el negocio que tenían abordando desde años atrás. Se alegraron al verme crecida y muy valiente a todo.
Doña Gloria, una mujer de cincuenta años, quién ama a mi padre con orgullo de madre, lo adoptó a sus cinco años, al ser su nana, me agradó su corazón, es muy dulce pero también objetiva.
Al reunirme con cada uno de ellos, fueron dándome la bienvenida, y que estarían para las que sea.
Pero Doña Gloria me pidió que antes de que