Mundo ficciónIniciar sesiónLas luces del aeropuerto titilaban con un brillo casi festivo, pero nada lograba calmar los nervios de Violeta, que se aferraba al asa de su maleta como si fuera su última ancla en el mundo.
—No puedo creer que me hayas convencido —murmuró, mirando de reojo a Liam, quien esperaba la hora de embarque con la serenidad de quien lo tiene todo bajo control.
—Yo no te convencí, fue Evelyn —respondió él con una sonrisa divertida—. Tú sabes que no hay ser humano que pueda decirle que no.
Violeta suspiró resignada.
—A veces creo que esa mujer tiene poderes hipnóticos.
—Los tiene —replicó Liam, bajando la voz mientras sus ojos azules chispeaban de picardía—. Me enseñó a no discutir con ella cuando tenía ocho años… y aún no me recupero del trauma.







