El refugio de Lysandra, "El Silencio," se convirtió en el cuartel general de la nueva Orion Corp. La estructura de madera y vidrio se alzaba en medio del bosque de la montaña, un santuario de paz sensorial que cumplía la promesa de su nombre. La cámara subterránea, insonorizada y protegida contra las ondas electromagnéticas, era el nuevo centro de comando de Kael. Mientras Helena se encargaba de instalar el equipo médico y asegurar el suministro de cobalto para Elara, la pareja se enfocó en el siguiente paso de la Purga Moral: la Auditoría Emocional.
Desde la seguridad del refugio, Kael dirigió la implementación de sus primeros decretos de Transparencia Radical, Elara, actuando como su "consultora de la verdad," se preparó para la tarea más delicada y crucial: discernir la lealtad genuina del interés propio, la ética de la simulación.
"Los informes iniciales son caóticos, Elara," explicó Kael, deslizando los perfiles de los altos ejecutivos sobre la mesa digital. "Hemos despedido a lo