Donde Empieza la Pesadilla

No sabía a dónde diablos me estaba llevando… ¿A casa? ¿A una zanja? ¿Directo al infierno? ¡No importaba!

Durante todo el camino, lo miré tan fuerte que me dolían los ojos. Si las miradas mataran, su cabeza habría rodado por el tablero hace cinco minutos.

Pero Lorenzo?

Imperturbable.

Completamente. Jodidamente. Imperturbable.

Una mano en el volante, la otra descansando casualmente en la palanca de cambios. Mirada al frente. Mandíbula tensa. Ni siquiera me dedicaba una mirada de reojo, como si no estuviera quemándole el cráneo con los ojos.

La audacia. La falta de respeto. Los huevos.

Mis dedos se cerraron en puños sobre mi regazo, las uñas hundiéndose en mis palmas, pero me negué a apartar la vista. Si quería iniciar una guerra de miradas, bien. Lo quemaría viva con solo mis ojos.

Él conducía como si fuera un martes cualquiera.

Yo estaba ahí, hirviendo de rabia, deseando poder estrangularlo con el cinturón de seguridad.

Cada bache, cada giro, cada respiración que él tomaba hacía que mi
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App