¿Qué ocurrirá cuando tu único amor regrese para casarse con tu hermana? Elianna Jhonson conoció al amor de su vida en el peor momento, quien juró siempre amarla y estar a su lado. Fielmente enamorada, se ha negado al amor, esperando el regreso de aquel hombre a quien eternamente le ha jurado sus afectos. Caleb Auritz, el heredero y Ceo de la poderosa compañía Next Corporation, ha regresado junto a su hermano gemelo Cedric, intentando superar el recuerdo de la única mujer a la que él, ha amado. Volver a ver aquellos hermosos ojos verdes, sin embargo, ha reavivado aquel amor prohibido que secretamente ha guardado. Cedric ha decidido romper aquella promesa, y el corazón destrozado de Elianna, buscara vengarse de aquel que ha destrozado su alma con aquella traición que la ha devastado. La traición de un ser querido, una promesa hecha pedazos, un deseo prohibido que ha nacido, y dos corazones heridos que buscaran consuelo en donde no deberían de hacerlo. ¿Puede el amor superarlo todo? El amor prohibido del Ceo por J. I. López.
Leer más—Hermana, ¡Me voy a casar! ¡Con el heredero Auritz! —
Una sonrisa rota, eso era todo lo que aquella hermosa mujer de cabellos castaños e intensos ojos verdes de esmeralda, podría demostrar como única emoción en aquel momento.
—Mamá, mira mi anillo, es de los mejores diamantes, Cedric no ha escatimado en gastos para darme a mí solo lo mejor —
Tocando aquel sencillo anillo en su mano, anillo que le habían dado como una promesa de amor eterno, la mujer sentía su alma destrozarse en miles de pedazos al ver que su propia hermana, aquella que durante aquellos años en que esperó y esperó por el hombre que amaba y había sido su única amiga, su única confidente, presumía el costoso anillo de compromiso que aquel hombre al que ella amaba, le dio para pedirle que fuese su esposa aun sabiendo que ella había estado esperando por él.
—¡Felicidades! Sin duda será una digna esposa para Cedric Auritz, aunque es una lástima, dicen que Cedric era originalmente el novio de la señorita Elianna, pero al final, prefirió a su hermana mayor, debe de ser muy humillante y vergonzoso —
Todos se burlaban de ella, y todos felicitaban a su hermana mayor, Elara Jhonson, quien parecía disfrutar de aquella situación que le estaba destrozando el alma en pedazos, y que, con burla y desprecio, la miraba celebrando su triunfo, aferrada del brazo de ese maldito, que tan solo por interés, había roto aquel juramento de amor eterno que ellos habían hecho seis años atrás. Lagrimas se acumularon en sus hermosos ojos verdes, y sin poder soportarlo más, Elianna Jhonson salía de aquel sitio en donde todos sus sueños, ilusiones y esperanzas, habían caído completamente destrozadas en el suelo.
Seis años había esperado por Cedric Auritz, seis años en que no había visto a nadie más, en que no se había interesado en nadie más. Siempre fiel, y eternamente enamorada, había mantenido intacto aquel juramento que habían hecho después de la muerte de su padre. ¿Por qué Cedric y Elara le hacían esto? ¿Por qué la habían traicionado los dos seres que ella más amaba en el mundo?
Yendo tras ella, Cedric se separó durante un momento de su hermosa prometida, y quien le haría ganar tanto dinero que su hermano, Caleb, jamás podría volver a mirarlo hacia abajo. Alcanzándola en el balcón, observo a la patética figura de su ahora ex novia, de quien se había enamorado, pero que no tenía lo que necesitaba para ser digna de él.
—Elianna, lo lamento, pero sé que vas a comprenderlo —
Girándose, Elianna miró a Cedric, aquel hombre de ojos azules y cabello rubio, no mostraba remordimiento alguno por lo que había hecho. Ella lo sabía, Cedric no era realmente el heredero de los Auritz, ese título, pertenecía a su hermano gemelo, Caleb, a quien Cedric odiaba desde hacia muchos años, por ello, es que la había cruelmente reemplazado por Elara; su hermana era la mayor, y por ende la heredera del imperio comercial Jhonson que su padre había dejado establecido como uno de los más importantes y multimillonarios antes de morir.
—¿Por qué me has hecho esto? Cumplí mi promesa y esperé por ti, tal y como me lo pediste, entonces, ¿Por qué? — cuestiono herida.
—Eso es porque nos hemos enamorado, hermanita, ¿Cómo puedes ser tan egoísta y tan solo pensar en ti? Cedric me ama a mí, y seré yo su única y amada esposa, tú nunca has estado ni estarás a mi nivel, así que será mejor que regreses a la fiesta y pongas buena cara, tus sentimientos son irrelevantes ante mi felicidad, después de todo, siempre me gusta lo que a mi querida hermanita le gusta —
Herida y enfurecida ante aquellas palabras, Elianna arrojó el contenido de su copa sobre el costoso vestido rojo de su hermana mayor, quien, indignada, se quejaba y limpiaba.
—Por supuesto que no estamos al mismo nivel, ¡Yo jamás te haría daño! ¿Cómo pudiste hacerme esto si sabias que yo lo amaba tanto? Pero saben algo, quédense juntos, ¡Hagan lo que quieran! Quédate con él, hermana, si es lo que deseas —
Sacándose aquel anillo de promesa que una vez Cedric le había dado, Elianna lo miro a los ojos.
—Aquí se rompe nuestro juramento, Cedric, nunca fuiste digno de mí, y yo, no necesito a un amor falso ni una promesa falsa, así que, te regreso esto —
Acercándose a ella, Cedric tomo la mano de Elianna, aquella en donde le había colocado aquel anillo de promesa. Sacando de su mano aquella sortija con crueldad, el rubio miró a la castaña directamente a los ojos.
—Ya no necesitas esto, es verdad, así que lo tomare de vuelta, Elianna, me casare con tu hermana porque ella es mejor que tú, y sé que ella será la digna esposa que yo merezco, pero sé que no serás capaz de olvidarte de mí, porque yo soy el único hombre al que amaras toda tu vida, así que, es una lástima que no pueda mantener mi promesa, gracias por esperarme, pero eso, ya no importa —
Arrojando aquel anillo de promesa por el borde de aquel balcón, Cedric y Elara regresaban a la celebración de su compromiso, dejando a una muy herida y rota Elianna, derramando lagrimas amargas ante el dolor de su traición.
Tomando su bolso, la hermosa castaña salía tan rápido como le fuera posible de aquel edificio. Lo había visto, la sonrisa cruel de Elara burlándose de su dolor, así como la mirada de satisfacción en los ojos de Cedric. Ambos sabían que le habían hecho mucho daño, pero a ninguno le importaba. Su propia hermana le había quitado el amor del hombre al que ella amaba, y ese hombre, le había demostrado que realmente nunca la había amado.
—Malditos sean los dos, malditos traidores, les hare pagar caro el precio de su traición —
Corriendo escaleras abajo, finalmente salía del edificio, sin embargo, su larga carrera había dañado seriamente su tacón, y tropezando, violentamente caía sobre el duro asfalto. Su rodilla había comenzado a sangrar, su zapato estaba roto, y su alma, completamente hecha pedazos. Quedándose por un momento allí, humillada, traicionada, y herida, Elianna se abrazó a si misma mientras las lágrimas brotaban con mayor fuerza aún.
—Levántese del suelo, señorita, una dama no debe de mostrar nunca su sufrimiento en público —
—Déjeme sola, y no finja preocuparse por una desconocida —
—Está usted herida, su rodilla está sangrando mucho, y es posible que tenga alguna luxación, la he visto bajas corriendo a toda prisa con esos tacones tan altos, al menos, permítame revisarla y luego, prometo marcharme, permítame ser, un caballero — decía con voz grave y varonil, aquel desconocido.
Un pañuelo azul zafiro, le era ofrecido, y alzando su vista a su benefactor, quien repentinamente la cargo en sus brazos, los ojos verdes de Elianna se encontraron con aquellos azules, diferentes a los de Cedric, y tan hermosos como los zafiros. El cabello rubio, una bien recortada barba, aquellos rasgos tan familiares, no podía estar equivocada.
—¿Tu eres? —
—Caleb, señorita Jhonson, mi nombre es Caleb Auritz —
En el bolsillo de aquel hombre, yacía aquel anillo de promesa que había sido arrojado desde las alturas. Elianna, sin saber que decir, observaba al hermano gemelo del hombre que la había traicionado mientras este, amablemente, le vendaba la rodilla herida dentro de aquella oficina.
—¿Quiere vengarse señorita Jhonson? ¿Desea vengarse de lo que mi hermano, le ha hecho? —
Tres años después…—¡Eliezer, Carlisle!, ¡Bajen a desayunar! —Caleb dejaba un beso en los labios de su amada esposa que mostraba una hermosa pancita de embarazo.—Vaya, hoy superaste el récord anterior, es la quinta vez que los llamas para que bajen por su desayuno, me pregunto si mañana superaras el récord de hoy — dijo entre risas el rubio que se acomodaba la corbata.Elianna frunció el entrecejo.—No sabía que llevabas cuentas de esto, quizás, la próxima vez deberías ser tu quien los llame, ese par de diablillos no hacen caso a los sirvientes, y ahora tampoco a mí, cuando te lo hagan, veras que no es tan divertido como lo haces ver…al menos espero que Celia, mi pequeña hermosa que pronto llega, no me haga sacar canas verdes junto a ellos. — se quejó.Caleb soltó una risotada. — Oh ya lo veras, si hereda tú mismo carácter, entre los tres de sacaran canas verdes, rojas, azules…de todos los colores, y los pobres niños de su colegio, tendrán que cuidar que no los rosee con gas pimient
—Veo que no te has olvidado de tu hermana mayor…oh, es cierto, ni siquiera somos parientes…tu, Elianna, vendrás conmigo sin oponer resistencia, de lo contrario, matare a esta mujer junto a su pequeña hijita… ¿Vas a permitirlo? —Elianna pudo ver que Elara estaba realmente dispuesta a hacer lo que había dicho.—Por favor, Elara, baja esa arma…yo, iré contigo, pero por favor, no lastimes a nadie. —Elara sonrió. — Elianna, mi tonta, tonta y sentimental hermana menor…oh, es cierto, no lo eres… — tomándola con fuerza del brazo, apunto con su arma directamente en el vientre de la castaña. —Si disparo aquí, es probable que no mueras, pero sí que lo hará el bastardo que crece en tu vientre, así que anda, caminaras conmigo hasta tu auto, y luego iremos a los muelles, ¿Te queda claro? —Con lágrimas de horror en sus ojos verdes, Elianna asintió. Saliendo rápido y sin ser vistas, en solo unos minutos llegaron al estacionamiento, para luego subir al auto de la castaña que Elara arranco a toda pr
Tres días después…—En una noticia sorprendente, Eliam Jhonson, hijo del fallecido empresario y multimillonario Eliezer Jhonson, ha aparecido a pesar de haber sido declarado muerto hace más de veinte años en un trágico accidente. La sorprendente historia le ha dado la vuelta al mundo, pues después de que un alto juez en New York abalara todas las evidencias que el propio Eliezer adjuntó en un testamento póstumo, y que diversas pruebas de ADN fueran realizadas por el gobierno para confirmar la identidad, Eliam Jhonson ha recuperado su verdadero nombre y todos sus derechos, se dice que el hombre había vivido todos estos años en México bajo el nombre Héctor Gonzales, el CEO de Atzhiri Corp., pues había perdido la memoria. Además, también se ha revelado que Elianna Jhonson, nunca fue hija de la antigua CEO de Jhonson Corporation y lo es de Eliam Jhonson, Elena Jhonson está envuelta en un escándalo tras el descubrimiento que la implica como la directa responsable junto a su aun esposo Maxi
—El día de hoy, 19 de septiembre del año 2024, procedo a leer la última voluntad y testamento, del señor Eliezer August Jhonson, pondré el video que el señor Jhonson dejo con su última voluntad, antes de leer a donde irán los muchos bienes que dejó en vida —Elianna sintió como su corazón se aceleró en ese momento. Inconscientemente, apretó la mano de Eliam, quien no dejaba de mirar a la que aún era su media hermana, completamente perdida entre los tormentos de su mente. Elena, recuperando un poco de su raciocinio, entendió que ese abogado al que estuvo buscando durante tanto tiempo, ya estaba leyendo el testamento de su padre, y que la Elianna y el Eliam frente a ella, no eran alucinaciones. Mirando a los ojos verdes de aquel hombre, lo supo. Eliam estaba vivo, y había recuperado los recuerdos. En la mirada de Elena, Eliam supo que, momentáneamente, logro recuperar su lucidez.En la pantalla, una grabación de su abuelo comenzaba, y volviendo a escuchar su voz, Elianna soltó en llanto
Aquel pasillo era demasiado largo.Sus pies, como jamás antes en toda su vida, se sentían pesados, y cada paso, lo sentía demasiado lento. Los segundos, se sintieron como horas, y su pecho, a punto de estallar en dolor y angustia, palpitaba lento, y al mismo tiempo, demasiado rápido. Era igual a llevar a cuestas la fría loza de la tumba de un cementerio.Era su hermano. Su hermano gemelo.Cada gota de sangre en sus venas estaba hirviendo de rabia y de miedo. Cada grito, cada pelea, y cada reproche una vez hecho entre ambos, lo hacía sentirse mareado y temeroso. No podía detenerse, y Caleb Auritz corría y no dejaba de correr entre los pasillos de aquel hospital, aunque ya le habían advertido de no hacerlo. Buscaba aquella habitación, la numero 77, allí, su hermano yacía en una cama debatiéndose entre la vida y la muerte por culpa de esa maldita mujer, Elara Jhonson.Con cada paso agitado, llegaban a él los recuerdos de una infancia que ahora mismo parecía demasiado distante. Las risas
Las fotografías no se hicieron esperar, las copas espumosas eran servidas, y la comida resultaba ser un exquisito manjar que hacía aún más amena y memorable aquella noche. Era un baile de máscaras, igual al que se ofreció en la ceremonia de inauguración de aquella elegante y exclusiva tienda que ya se había posicionado como la favorita de todo aquel que se consideraba alguien. Todos estaban a la expectativa de la nueva línea de ropa que se había hecho en colaboración con Athziri Corp., la renombrada empresa de moda mexicana que siempre estaba en el top de popularidad mundial por la calidad de sus materiales y diseños. Aquello era, en pocas palabras, muy emocionante.Elianna miraba a todos los asistentes. Ni Elena ni Elara parecían estar entre el público, pero aquello no le preocupaba en lo más mínimo; igualmente, se enterarían de todo lo que ocurriría allí. Ellas ni siquiera sospechaban que ella era realidad Afrodita, la diseñadora que ambas quisieron obtener para la muy deteriorada J
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