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—Estoy orgulloso de que los chicos te defendieran—. Señaló a los cuatro con la cabeza. —Pero todos seguís teniendo problemas. Mañana hablaremos de vuestros castigos.

El padre de Noah no parecía tan enfadado como antes, pero yo seguía sintiéndome mal. Me preguntaba cuál sería su idea de castigo. Todos asentimos en silencio y subimos a su coche, prácticamente sentados en el regazo de los demás.

Alex me rodeó con los brazos y me mantuvo pegada a él durante todo el trayecto. Estábamos todos callados y en cuanto nos detuvimos vi a Noah hacer una mueca de dolor. Sin duda su madre estaba levantada esperándonos.

Alex me apretó la mano mientras entrábamos. Puede que el padre de Noah estuviera un poco bien, pero una madre sabiendo que su hijo estaba en la cárcel.... no creo que esto vaya bien.

Era como si siete de nosotros supiéramos que estaban a punto de gritarnos, así que todos nos apiñamos a través de la puerta. De pie en el arco estaba Ava, la madre de Noah. Tenía los brazos cruzados y la
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