Tomé un profundo respiro, buscando el valor para poner en palabras los pensamientos y sentimientos que me rondaban sin descanso en ese momento. Era necesario ser sincera, tanto conmigo misma como con él.
— Lo que siento por ti es real, lo sabes. Pero... Una relación entre nosotros sería tan complicada. Hay tantas cosas en juego: mi matrimonio, mis hijos, mi familia... No sé si puedo arriesgar todo eso por estar contigo.
— Comprendo tus dudas. Créeme que no quiero presionarte a tomar una decisión que aún no estés lista para asumir.
— Es que... ¿y si al final todo resulta ser un terrible error? — levanté la mirada, clavando mis ojos enrojecidos en los suyos — No podría soportar perder a mi familia. Ni a mis hijos. Ni tampoco a ti.
— Escúchame bien — dijo con voz grave, clavando su mirada en la mía —. Pase lo que pase, yo estaré aquí para ti. No importa si decides quedarte conmigo o decides volver con Andrey, o quizás fijarte en alguien más en el futuro. Mi amor por ti es incondicional.